Woody Allen puso a la venta en octubre del año pasado sus memorias sin haber escrito aún ni una sola línea y Harpers Collins le puso sobre la mesa un contrato de 1,6 millones de euros (266 millones de pesetas). Dos meses después, la editorial se siente estafada porque el director de Hannah y sus hermanas, de 68 años, no quiere hurgar en las heridas que le abrieron la ruptura amorosa con Mia Farrow y los primeros días de su relación con Soon Yi, actual esposa del realizador e hija adoptiva de Farrow.

Allen emitió un comunicado durante la última edición de la feria del libro de Fráncfort en el que ponía precio al tiempo que le llevaría dedicarse a escribir sus memorias y pasarse entre seis meses y un año sin rodar. Varias editoriales pugnaron por hacerse con los derechos hasta que Harper Collins hizo la oferta más alta. Quien no tuvo inconveniente en poner su versión de los hechos en un libro fue Mia Farrow. La ex del cineasta publicó en 1997 Hojas vivas, un volumen que tuvo más de ajuste de cuentas que de memorias.