"Un fastidio". Así es como define Juan Aguirre, miembro del dúo zaragozano Amaral, todo lo que ha supuesto para ellos la cancelación del concierto de ayer como teloneros de Bob Dylan en la cita del Fórum. Para Juan, guitarra del grupo, ese mismo fastidio se prolongará durante toda la gira programada como teloneros de Dylan, ya que una inoportuna lesión en su mano izquierda --una tendinitis-- le va a obligar a mantener un reposo absoluto durante dos semanas.

Para Juan, no poder tocar ayer en el Fórum supuso "una contrariedad y un fastidio. Nosotros tenemos ganas de actuar en todos los conciertos, y siempre te pierdes alguno. Para éste teníamos mucha ilusión, pero no ha podido ser".

Pero no todo son malas noticias para ellos, ya que finalmente participarán como teloneros de la gira del gran Dylan, a pesar de esa tendinitis que se ha cruzado en la mano izquierda del guitarrista. Eva podrá cantar, con la guitarra en acústico, y Juan podrá tener también participación en el resto de la geografía española de conciertos con Dylan, que incluye Benidorm, Motril, Córdoba, Alcalá de Henares, León y Santiago

A PESAR DE TODO

Y es que aunque durante los últimos días se avisó de la cancelación de la gira completa del grupo aragonés como telonero de Bob Dylan en su gira española a través de su página web www.amaralonline.net , ayer, en torno a las 20.00 horas, se anunciaba finalmente que Amaral, a pesar de todo, sería el grupo encargado de abrir los conciertos de Dylan en España, salvo el de ayer por la noche Barcelona.

Amaral actuará, aunque con la lesión de Juan, el grupo se verá obligado a modificar sus actuaciones, y será Eva la encargada de presentar las canciones con una guitarra acústica. No se descarta que el guitarrista pueda participar de una forma que no estamos acostumbrados a ver.

Aguirre, a pesar de ser la mitad del grupo zaragozano, habla tanto en su nombre como en el de Eva cuando afirma sentir mucho, especialmente por sus seguidores, el no poder ofrecerse al completo en los conciertos de su gira, e insiste en que el percance "ha sido algo inevitable".

El grupo mira con optimismo hacia el futuro y se muestra muy ilusionado por la aparición de su próximo trabajo que ya ven al horizonte. El exitoso dúo de Zaragoza comenzará con su grabación tras el verano, concretamente a partir del 15 de septiembre. Como Juan Aguirre comenta, la pareja espera que éste se convierta en el mejor hasta la fecha y, antes de aventurarse en adelantos, prefiere que la gente lo escuche.

Por el momento, queda con conformarnos con la hasta ahora última obra del aclamado dúo, la exitosa Estrella de mar , con la que han conseguido cinco discos de platino gracias a títulos como. Superar eso se convierte en todo un reto.

MITO

Por otra parte, anoche, en el Poble Espanyol, Bob Dylan paseó con toda su leyenda a cuestas para recordar, con aire de improvisación, sin grandes aspavientos, que él sí es uno de los grandes. Lo demostró con un viaje a sus más de 40 años de singladura en la élite del rock y el folk americano.

Su cancionero es uno de los más apabullantes de la historia, y él ha adoptado esa actitud de algunos bluesmen de decidir sobre la marcha qué repertorio interpretará cada noche. Tiene 200 composiciones a su servicio y elige 16 o 17 de ellas para cada concierto. Ayer tiró de clásicos de los años 60 y de alusiones a su último e inspirado disco, Love and theft, con sus cuatro músicos en estado de alerta constante, pendientes de cada orden, de cada guiño del maestro.

Dylan salió a actuar ante 5.000 personas, acompañado de los músicos habituales de esta gira: Larry Campbell (guitarra), Stu Kimball (guitarra), Tony Garnier (bajo) y George Recile (batería). Una formación sencilla y efectiva, sin ningún tipo de aditivo escénico.

Al cierre de esta edición, Bob Dylan daba impulso a un recital que previsiblemente conduciría hasta el ajetreado rhythm´n´blues de Summer days (la canción que abre Love and theft ) y las siempre efectivas Like a rolling stone y All along the watchtower, bises casi fijos en el tour .

Himnos de los años 60 que Dylan accede a exhumar, aunque sea con su indiferente expresión facial habitual. La simpatía escénica no es un valor por el que la estrella será recordada.