Los fotógrafos de prensa, en muchas ocasiones, podrían contar las historias, las informaciones, sin la necesidad de un redactor a su lado. Son animales salvajes, dotados de una sensibilidad extrema para traducir la luz en palabras, para hacer visible lo invisible, para dotar al suceso de su auténtico dramatismo. El texto embellece las cuatro paredes de la noticia, pero la puerta por la que accede el lector a esa habitación es siempre una imagen. Cuanto más diga, más apetece escuchar el latido de lo que se relata. Cazadores en litúrgico silencio, tienen el don de tomar decisiones casi a ciegas, con un tiempo mínimo de reacción para captar el amanecer de un ocaso, la culpabilidad de un inocente, ese detalle desapercibido que engrandece la composición. Cuando disparan jamás lo hacen al aire: buscan algo más, como el detective que regresa cien veces a la escena del crimen para hallar una prueba que esclarezca el caso. Todos llevan dentro un espíritu de artista inconformista y rebelde. Perfeccionista. De un día para otro la felicidad tiene un rostro y la muerte se esconde tras otro. Solo los fotógrafos son capaces de percibir y explicar con una mirada la rica variedad del lenguaje de la vida y sus secretos.

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ha contado a lo largo de su vida con una excelente nómina de profesionales de este maravilloso gremio de malabaristas del obturador. A las puertas de 2019, les rendimos este pequeño homenaje con una recopilación de fotografías del año que se va. Quizás no sean las mejores o quizás sí, pero cada una de ellas contiene una porción reconocible de su alma narradora. (Gracias a ÁNGEL DE CASTRO, JAIME GALINDO, CHUS MARCADOR, NURIA SOLER, ÁLVARO SÁNCHEZ, JAVIER BELVER Y JOSÉ MIGUEL CALVO)

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