Borradas y olvidadas conscientemente es como han sido las mujeres, en tantos planos de la historia, tratadas. La editorial Páginas de Espuma (del zaragozano Juan Casamayor), en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se han propuesto en Vindictas, una antología de cuentos, rescatar a la figura de las escritoras y cuentistas latinoamericanas del siglo XX, marginadas por un sociedad machista, que no les permitió el reconocimiento en sus colegas masculinos si tuvieron.

«Encontramos a muchas autoras, con obras, cuentos, textos, que nos han abierto todo un horizonte. Sin ellas, si no tenemos esta otra mitad del panorama literario, es imposible entenderlo. Como lectores estamos incompletos», explica Socorro Venegas, editora de Vindictas. 20 escritoras componen esta antología de relatos, que saca a la luz décadas de creación literaria obviada. «Cuando se nombra una nómina de escritores y de cuentos del siglo XX descubrimos que es una nómina masculina, perpetuada y repetida, constantemente estamos diciendo los mismos nombres. Empieza a ser como mínimo sospechoso e irreal que existan solamente escritores a lo largo de décadas y en todo un continente. Al hablar de Latinoamérica tenemos que pensar en diecinueve literaturas a la vez», añade Juan Casamayor, coeditor y responsable de Páginas de espuma. Armonía Somers (Uruguay), Mercedes Durand (El Salvador) y Mirta Yáñez (Cuba) son algunas de las cuentistas que rescata este libro.

Un trabajo de documentación extenso que sorprende precisamente por ello. Hace poco más de un año que Vindictas comenzó a fraguarse en la UNAM. Gracias a la colaboración de jóvenes escritoras, editoras, académicas y especialistas se ha ido conformando una red de corresponsales que mediante recomendaciones fueron añadiendo autoras latinoamericanas y sus obras. Algo que sirve para crear puentes de «comunicación intergeneracional» y recordar a las autoras contemporáneas esas «voces tutelares» para devolverles el espacio que les pertenece en la cultura escrita y representar su linaje literario.

Por centrarse en un período, Vindictas escoge a autoras de la década de los años 30, 50, y 60, «una revisión desde la mirada de las creadoras, que se encontraban en plena producción creativa», explica Venegas. No las han incluido en un género o corriente literarias, pero la temática que exploran es común, en pleno crecimiento del feminismo del siglo XX, la identidad de la mujer, la sexualidad, el lenguaje y la política del cuerpo, todo ello les marca y se ve reflejado en su obra.

La prueba de la denuncia de Vindictas, la influencia del heteropatriarcado en la literatura, es clara, con solo intentar encontrar autoras de este período. Una tarea que lleva a librerías de segunda mano y a muchos callejones sin salida y en los planes de estudio apenas se les ha incluido: «Nos han enseñado que era normal publicar y reconocer más la escritura masculina. En cambio, leer a las escritoras representa un esfuerzo. ¡Para empezar hay que encontrar sus libros!», cuentan con rotundidad.

Socorro Venegas explica también que el reconocimiento de las autoras no tiene por qué responder a una «cuota femenina» que sirva a las entidades literarias como escudo para evitar ser tachadas de machistas, sino a un compromiso real por evitar en el futuro lo que refleja precisamente el libro. «Ojalá dentro de 50 años no sea necesario otro Vindictas concluye la mexicana quien ha encontrado en el zaragozano Juan Casamayor su mejor aliado para este Vindictas.