La voz de Enrique Bunbury y su mensaje de crítica social retumbaron el lunes por la noche en el Auditorio Nacional de México, donde miles de espectadores presenciaron un enérgico concierto perteneciente a su Ex-tour, primero de los tres que tiene programados en este auditorio. De hecho, el zaragozano repitió anoche y volverá a hacerlo el día 22 de octubre

El cantante subió al emblemático escenario de Ciudad de México con sus gafas de sol y vestido con un impecable traje blanco que llevaba una X en su espalda.

«¡México, buenas noches! ¡Gracias por acompañarnos!», clamó con los brazos abiertos ante un público que permanecía con la emoción intacta, a pesar de que la última visita del artista fue este mismo año, en febrero.

El cantante prometió un espectáculo con algunos de sus temas más recientes, pero también hacer un recorrido por todas las etapas de su carrera. Así, la noche empezó con una selección de su último disco, Expectativas (2017), un grito de inconformidad que sirve, según ha reconocido el propio Bunbury, para «mover las neuronas», además de las caderas. La ceremonia de la confusión abrió el bloque que continuó con temas como La actitud correcta, En bandeja de plata, Cuna de Caín o Parecemos tontos.

A continuación tocó alguno de los éxitos de trabajos anteriores, entre los que destacaron El rescate, Despierta, El hombre delgado que no flaqueará más o Hay muy poca gente, que los asistentes corearon. Emocionado, Bunbury escuchaba a las 10.000 personas del público con la mano en el corazón, y no cesó de darles las gracias en toda la noche, hasta que llegó uno de los momentos más esperados por el público: la interpretación de unos temas de Héroes del Silencio: Héroes de leyenda, Mar adentro y Maldito duende.

En mitad del concierto, Bunbury protagonizó uno de los momentos de la noche, al quejarse de la disposición del público, ya que dejaba un hueco considerable entre la zona preferente, pegada al escenario, y el área donde estaba el resto del patio de butacas. «A mí no me gusta así, me gusta tenerles más cerca. ¡Déjenles pasar», expresó el cantante, lo que llevó a que ríos de personas de la zona general se amontonaran en las primeras filas para ver de cerca a su ídolo; un detalle que sus seguidores agradecieron con alborozo y que le ha reportado una mayor adoración, si cabe, de su fiel público mexicano.