La palabra "morista", relativa a los seguidores del expresidente costarricense Juan Rafael Mora Porras, ha sido el último término que ha ingresado en el libro que representa a 400 millones de hispanohablantes, de los que solo el 9% son españoles. Este es el nuevo diccionario de la Real Academia Española que se mueve entre dos ejes fundamentales: "la innovación y la renovación", según explicó ayer el director de la academia, José Manuel Blecua, en la presentación del diccionario en la capital aragonesa. En él se incluyen unos 800 aragonesismos. En esta ocasión han ingresado 73 procedentes de Huesca, 9 de Zaragoza y 26 de Teruel. Sus acepciones se actualizan y la academia acepta términos que como "cagaprisas", "borrachómetro" y "gitanada". 93.000 palabras son las que componen el corpus léxico del diccionario de la Academia actualmente, de las cuales 6.000 se han incorporado en esta nueva edición. Otros 1.400 elementos han sido eliminados e incluidos en el diccionario histórico.

Dispositivos móviles

El libro de la RAE está disponible en una aplicación para dispositivos móviles "que funciona muy bien", según el director de la academia. Además, en el último mes, se han producido 46 millones de consultas durante el último mes en el diccionario disponible en internet, plataforma que José Manuel Blecua ve como "lo que más ha democratizado el diccionario". No obstante, afirmó que "lo único que cambia el diccionario es la educación, la escuela primaria".

El problema "más importante", según el presidente de la Real Academia, han sido las 145.000 enmiendas que se han convertido en correcciones consensuadas por las 22 academias ubicadas en diferentes sedes. En este sentido, "se han cambiado las acepciones referentes a la mecánica del automóvil, términos de nanotecnología y las pesas". Para Blecua, los asuntos más problemáticos, han sido los americanismos, respecto a los cuales, los académicos propusieron "soluciones provisionales". Así, en esta nueva edición del diccionario se han aceptado términos como "cebollento", utilizado en Latinoamérica para designar algo lacrimoso, "borrachómetro" (por alcoholímetro) o "uñilargo", entre muchos otros.

Polémicas

Blecua quiso calmar el revuelo que últimamente han causado otras acepciones, como "judiada", "gitanada" y "autista", refiriéndose a "su uso metafórico". Añadió que todas la innovaciones del diccionario "han traído discusiones" y quiso aclarar que "es un modelo de la lengua, no la realidad de la lengua". También se refirió a palabras ya consolidadas en el libro de la RAE como "asín" y "almóndiga", que según reconoció, él eliminaría.

El alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, calificó la presentación como "un acto muy sentimental", ya que "lo que nos definen son las palabras".

Este rico léxico del español se recogió por primera vez el 3 de agosto de 1713, como "producto de la Ilustración". De esta primera versión han cambiado muchos aspectos como la integración de la gramática, la poética y la retórica, pero otros permanecen como su "servicio a la nación" y "el no enseñar, sino juzgar las palabras". Además se incluyó la ortografía desde la edición de 1741.

Como momentos importantes de este diccionario, habría que marcar 1776, cuando se creó un libro en un único tomo; 1869, cuando el diccionario perdió el carácter bilingüe (por el latín); y 1992, año en el que se informatizó el libro. Esta vigésimo tercera edición está a la venta por 99 euros.