ARTISTA Lloyd Cole

LOCAL Sala de CAI-Luzán

FECHA Viernes, 21 de marzo

ASISTENCIA 150 espectadores

Entre 1984 y 1989 Lloyd Cole lideró una de las bandas de pop-rock más notables de los años 80: Lloyd Cole & The Conmmotions. En ese tiempo el grupo editó tres discos (Rattlesnakes, Easy Pieces y Mainstream) que contenían, especialmente el primero y el segundo, un puñado de gozosas canciones. Cerrado el ciclo Commmotions, Lloyd siguió carrera en solitario lo que significa que continuó creando canciones estupendas, ancladas en estructuras de tiempos medios y trufadas con acentos de blues y soul.

El viernes, en solitario, casi recién cumplidos los 53 años, Lloyd Cole actuó en Zaragoza, en la sala CAI-Luzán, donde durante casi dos horas facturó un concierto excelente y repleto de matices. Espléndido de voz y puntilloso con la guitarra, Cole dio un repaso a su carrera refrescándonos los recovecos más excitantes de la memoria y asombrando con las piezas más recientes. Así las cosas, el músico ofreció desde Rattlesnake, Perfect Skin, Are You Ready To Be Heartbroken? y Forest Fire (su segundo bis), todas ellas composiciones contenidas en el primer álbum de Lloyd Cole & The Conmmotions, hasta Blue Like Mars y Kids Today, canciones de Standars, su disco más reciente. Y en medio, más madera ochentera y de grabaciones posteriores: Cut Me Down, Why I Love Country Music, Lost Weekeend (con la que pretendió despedirse), Don't Look Back, My Other Life, No Blue Skies, Music In A Foreign Language, Like a Broken Record, No More Love Songs (el primer bis), Can't Get Arrested, Unhappy Song, Butterfly, The Young Idealist- y una hermosa version (olvido de letra incluido) de la sensacional Famous Blue Raincoat, de Leonard Cohen.

En medio de tanto ruido sin sentido (admitamos que hay noise con mucha enjundia) como se escucha por ahí, aburridos por tanta canción insustancial que suena inmisericorde por todos los canales habidos y por haber, escuchar a Lloyd Cole, aun acompañado solo por su guitarra, es un soplo de aire fresco, un bálsamo vivificante sin lugar para la nostalgia y sí para el reconocimiento del talento y la creatividad. No cabe aquí el viejo dicho de quien tuvo retuvo- Cole nada tiene que retener porque nunca ha perdido la capacidad de emocionar cantando y provocando revulsivas emociones.