El Retiro madrileño abrió ayer las puertas de la Feria del libro con la intención de contagiar a los más jóvenes la pasión por la lectura, un placer como dormir, comer o hacer deporte, en palabras de la presidenta de la cita Pilar Gallego. "He venido a apoyar a los libreros", subrayó poco después de su llegada al Paseo de Coches del Retiro la infanta Elena, encargada de inaugurar esta 73ª edición de la feria, que tiene el lema Deletrear el mundo y con el deseo de apoyar a un sector con "las constantes vitales bajas", según destacan sus responsables, con varios años de pérdidas y que ven en esta iniciativa un estímulo. Un total de 364 casetas, 508 expositores, 20 organismos oficiales, diez distribuidores, 60 libreros especializados, 60 libreros generales, 218 editores de Madrid y 134 editores procedentes de otros lugares participarán en esta feria que se prolongará hasta el día 15.