Con solo 23 años, la cantaora catalana Rosalía está considerada como la gran renovadora del flamenco. Con su voz cristalina ha convencido a los más puristas del género así como ha abierto el flamenco mediante colaboraciones y arriesgadas rupturas a una nueva generación. Junto con el guitarrista Raül Refree estarán hoy en Veruela Verano estrenando su álbum colaborativo Los Ángeles.

-Llama la atención que dos artistas tan jóvenes como son usted y Raül Refree firmen un disco que tiene como tema principal la muerte.

-Nosotros elegimos hacer un disco conceptual, y a partir de esa elección hicimos un poco lluvia de ideas sobre cuál sería el concepto que podría hilvanar todos los temas. La muerte nos pareció un buen punto de fuga. Creo que es un tema muy potente, que además está muy presente en las letras del flamenco. El verdadero reto ha sido abordar la muerte desde un punto de vista diferente mediante el tratamiento de estos cantes.

-Siempre ha dicho que le han interesado otros géneros más allá del flamenco, como el canto lírico o el rap, como se ve en Antes de morirme, su colaboración con C. Tangana.

-El canto lírico siempre me ha interesado porque es la base para la técnica vocal, desarrollar esa técnica me da la libertad de interpretar lo que quiero, ya que yo no pongo ninguna barrera entre géneros musicales, lo que me interesa es la música en sí. Disfruto de todo tipo de música y no creo que haya una peor o mejor, me gusta ponerme en tesituras que me hagan continuar creciendo. En el caso de C. Tangana, para mí hacer música urbana es una cosa muy natural y orgánica, algo que muchas veces significa hacer música con mis amigos. Como cantaora seguiré profundizando en el flamenco, pero no por ello voy a dejar de hacer lo que tenga ganas de hacer. No voy a coartar mis inquietudes, mi interés es crecer como músico.

-¿Cómo surgió la colaboración con Raül Refree?

-Raúl y yo nos conocimos gracias a un amigo en común, Luis Troquel, que es periodista musical. Nos hicimos amigos enseguida y antes de ponernos a trabajar o a hacer un proyecto musical nos pusimos a escuchar discos juntos sin esperar nada, simplemente por el puro disfrute, los dos somos muy melómanos. Fue a partir de interpretar juntos una canción llamada I see a darkness en su estudio que nos dimos cuenta de que había mucha intensidad y conexión musical entre los dos. El proceso ha sido genial, hemos coincidido mucho acerca de hacia dónde queríamos llevar las canciones.

-Algunos medios han calificado su flamenco como 'hipster' y perceptible de gustar a los millenials.

-Entiendo que los medios necesiten etiquetas para catalogar e intentar explicar a la gente y eso lo respeto, dicho lo cual creo que mezclar los conceptos hipster y flamenco es un error. Hispter tiene que ver con la tendencia, y el flamenco no tiene nada de eso, es algo que siempre ha estado ahí y que siempre va a estar, es patrimonio de la humanidad. Esto es algo complicado de explicar. Cuando hago flamenco no sé si lo hago o no, hasta el punto de que no sabría decir si Los Ángeles es un disco flamenco. Cuando yo canto lo hago desde la honestidad, siendo transparente e influenciándome de toda la música que he escuchado, el resultado es algo que quizás no suena como el flamenco que sonaba hace 100 años.

-Al margen de etiquetas, la verdad es que sus canciones están acercando el flamenco a un público joven no acostumbrado a consumirlo.

-Cuando veo entre mi público a gente de 20 años pero también de 70 me alucina, y es algo de lo que me siento muy agradecida. Si eso pasa no es solo por mí y por Raül, sino gracias a una escena flamenca que está acercándolo a las nuevas generaciones.

-Cuando se presentó Veruela Verano dijeron que su estilo era el futuro del flamenco.

-Guau, no sé qué decir, creo que el futuro es incierto. Lo interesante es que se hagan muchas cosas diferentes a las que se están haciendo ahora, que el flamenco siga modificándose gracias a músicos rupturistas y que también resistan artistas manteniendo el flamenco en su estado más primitivo para poder seguir acercándonos a la fuente.