No hay buenos ni malos pero quizá estamos «ante la obra más dura de Lope de Vega y sin salida, en la que no deja nada de esperanza al final de la misma». Lo dice Joaquín Notario, que interpreta al Duque de Ferrara, el protagonista del montaje de El castigo sin venganza de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que, tras representarse ayer por primera vez en el Principal de Zaragoza, volverá a verse hoy (20.30 horas) y mañana (18.30 horas).

El castigo sin venganza aborda una historia de amor entre Casandra y el hijo del Duque de Ferrara. «Es una obra de senectud en la que Lope de Vega demuestra su buen hacer con la tragedia», resaltó Notario, que analizó su personaje: «Es un hombre que vive de manera libertaria la vida, que no se quiere casar, tiene un hijo bastardo y, finalmente, los súbditos le obligan a casarse con una mujer mucho más joven que él a la que decide no tocarle... y es ahí cuando se desata toda la trama hasta llegar a un final trágico».

AMOR INCESTUOSO / «Es una tragedia magistralmente escrita que huye de los estereotipos -apuntó Beatriz Argüello en el papel de Casandra- y que presenta al ser humano ante la incapacidad de controlar sus sentimientos y de como el destino nos coloca en un sitio en el que todo se transgrede, en este caso, ese amor incestuoso que, en realidad no es tal, porque ella no es la madre del hijo. En esta obra no hay buenos ni malos y quizá por eso el público se identifica a lo largo de ella con diferentes personajes». De hecho, recalcó la propia Argüello, «el comienzo de la obra es el fracaso de las relaciones humanas, no es un matrimonio por amor sino una estrategia política».

Rafa Castejón interpreta a Federico, el hijo bastardo, «que comete el crimen de ocupar el lecho conyugal de su padre... esto unido al hondo análisis que hace de los personajes Lope de Vega hace que me haya movido por territorios que son muy interesantes de explorar para el actor». A su lado, Nuria Gallardo, Aurora, su pareja en la obra, definió a su personaje como «una mujer que se queda sin nada pero que lucha con todo y contra todo para quedarse con lo suyo. Y ahí lo dejo para no hacer mucho spoiler».

Javier Collado, por su parte, quiso introducir en la presentación de esta obra en Zaragoza una de las señas de identidad de la compañía y de su existencia: «El objetivo siempre es tender puentes al espectador del siglo XXI para que pueda entender estos textos, es una producción que, traído a la actualidad el asunto del honor, deja en entredicho el qué dirán frente a la pulsión sexual de dos jóvenes».

«Estamos ante una obra que, en realidad, tiene mucho que ver con el poder -insistió Joaquín Notario-, de cómo el poder corrompe, arrasa y destroza todo. Si estamos en un desierto y el poderoso no encuentra la salida, hará que se muera todo alrededor... Y ese es el caso del Duque de Ferrara. Y, por otro lado, creo que es una función muy agradable de ver pero que invita a pensar al concluir la función y eso con el ritmo de vida que llevamos es una gran oportunidad que no se puede desaprovechar». «Estamos en un momento en el que hay que elegir -le apuntó Lola Baldrich, quien interpreta a tres personajes diferentes en la obra- cómo va a ir nuestro camino hacia la cultura que debe ser el iceberg de la sociedad. Tenemos la oportunidad de parar un incendio y es necesaria una reflexión para tomar partido».

Las entradas para las dos funciones que aún quedan de El castigo sin venganza y que cuestan entre 5 y 25 euros, se pueden adquirir en los cajeros y la web de Ibercaja así como en las propias taquillas del Teatro Principal en horario de tarde.