En 1925, la Bauhaus decidió eliminar las mayúsculas poniendo en valor el criterio de escribir todo en minúsculas “por una mayor limpieza en el campo tipográfico, por la velocidad y por el ahorro”. Algo que se ha mantenido en la exposición Bauhaus: un experimento artístico y pedagógico que este martes se ha inaugurado en el Palacio de Sástago de la DPZ comisariada por Ricardo Marco. Junto a él, han asistido al acto la diputada delegada de Cultura de la DPZ, Ros Cihuelo y el decano del Colegio de Arquitectos de Aragón, coorganizador de la muestra, Pedro Navarro.

La Bauhaus, de cuyo nacimiento se cumplen cien años en este 2019, que sigue permaneciendo en la arquitectura moderna, fue una escuela que nació en 1919 en un periodo de entreguerras en la ciudad alemana de Weimar centro neurálgico de la cultura por encima incluso de un Berlín oscuro en aquella época) que defendía “la obra de arte total” y para ello su manifiesto, firmado por Walter Gropius, manifestaba que “el fin último de la escuela era la construcción, la arquitectura”. Sin embargo, como curiosidad no fue hasta 1928 cuando recibió permiso para impartir de manera oficial la enseñanza de arquitectura.

La exposición del Palacio de Sástago hace un recorrido por los 14 años de existencia de esta escuela y lo hace a través de cuatro ámbitos: La arquitectura y la enseñanza, Los talleres, Monografías y Objetos.

En la primera (La arquitectura y la enseñanza) se hace un repaso sobre los principios fundacionales de la escuela, se muestran los edificios más significativos de la Bauhaus y se sitúa a los tres directores que tuvo la escuela (Walter Gropius, Hannes Meyer y Ludwing Mies van der Rohe). Es aquí donde surge una línea de tiempo que recorre toda la exposición en la que se van señalando los aspectos más destacados de la escuela.

Este ámbito desemboca en el de los talleres en el que se muestran de una manera vistosa los logros y actividades desarrolladas por las diferentes disciplinas de la escuela, es decir, metal, textil, fotografía, cerámica, vidrio, juegos, pintura y escultura, diseño gráfico, tipografía y muebles así como se analizan diferentes aspectos como el uso del color en la Bauhaus.

En Monografías, la exposición aborda temas específicos que eran inherentes a la propia escuela como las fiestas, el juego y el trabajo (aspectos que tenían claro “generaban creatividad”) o el teatro triádico… La exposición, evidentemente, también muestra una serie de objetos diseñados por la escuela entre los que destacan un ajedrez (donde se pone en valor el principio de que “la función debe conformar la forma”), una peonza, una esfera de color y, sobre todo, una colección de mobiliario diseñado por arquitectos, especialmente sillas,

La Bauhaus fue clausurada en 1933 tras el ascenso de los nazis al poder ya que la consideraban “bolchevismo cultural” poniendo punto y final a su etapa alemana ya que posteriormente resurgió en Estados Unidos.

Bauhaus: un experimento artístico y pedagógico, de entrada libre, se puede visitar hasta el 5 de enero de martes a sábado de 11 a 14 y de 18 a 21 y los domingos y festivos únicamente en horario matinal.