Han ido cumpliendo sueños y superando retos pero para este aniversario, además de la creación de nuevos proyectos teatrales Caleidoscopio se ha puesto como objetivo llevar a cabo «una de nuestras grandes ilusiones» que es la de «tener un espacio de exposición pedagógica y representación para compartir los muñecos y nuestra experiencia con toda la gente» y así conseguir «echar el anzuelo a nuevos jóvenes que les apetezca seguir en esto del teatro de calle», reconoce Azucena Gimeno, quien añade que poco a poco ha ido reduciendo los formatos.

Es ahora solo un deseo y, de hecho, no han comenzado el camino pero pronto «vamos a ponernos en contacto con las instituciones» para poder llevarlo a cabo. Hace 10 años celebraron el 25º aniversario con una gran exposición en el Centro de Historias titulada 25 años de Teatro para jugar que tuvo mucho éxito. En ella dieron a conocer su trabajo durante un cuarto de siglo lleno de máscaras, gigantes, cabezudos, atrezzos y decorados, a través de una puesta en escena basada en los cuatro elementos, agua, aire, tierra y fuego, que reflejaba el mundo de mitos, magia, folclore y carnaval que ha representado Caleidoscopio.

«Algunas instituciones nos animaron entonces» así que próximamente llamarán a las instituciones de la ciudad y del Gobierno de Aragón porque «creo que siempre tienen algún espacio vacío al que podemos darle vida», sobre todo con todo el legado que atesora la compañía zaragozana, que es muy «del folclore popular aragonés, que nosotros hemos llevado al teatro». No son solo los gigantes y cabezudos, «que no hay más que ver a los niños que van detrás de ellos, si no que cuando los ven actuar siguen mostrando esa pasión por los muñecos», reconoce.

En este momento «no sabemos donde meter tantos» elementos. Una parte está en La Cartuja, donde tienen una nave, que es como «el cuartel general, el taller donde hacemos las cosas», el lugar desde donde crean esos muñecos que protagonizan sus historias. Otra parte está en Velilla de Ebro, «de donde soy oriunda», dice Gimeno; y otra «debajo de casa», señala entre risas. Y es que aunque «siempre decimos que el próximo espectáculo será más pequeño siempre acabamos sucumbiendo a los elementos grandes y a las máscaras corporales». Por eso, en lugar de en un cajón guardado, quieren mostrarlo en un espacio que se pueda ir renovando, exponiéndolo y así «sensibilizar sobre la cultura popular con espectáculos sobre teatro de calle, carnaval...».

Pero mientras ese sueño lucha por ser una realidad, ellos siguen ideando una nueva producción. No quieren adelantar de qué tratará. Y además de los proyectos propios, «nos implicamos en otros de la ciudad» como es el pregón de Fiestas del Pilar, que «nos da la oportunidad de intercambiar experiencias con jóvenes compañías». El de este año «ya lo estamos preparando» desde hace tiempo porque «lleva mucha faena» para luego dos horas de función.

Para celebrar el aniversario, además quizá «repongamos algún espectáculo», ya que hay títulos que han marcado a miles de niños que siguen teniendo la misma vigencia que cuando se crearon. Y seguro que también alguna fiesta «caerá para conmemorarlo con los amigos» que han hecho posible que esas máscaras, muñecos y gigantes cobraran vida desde las manos de Roberto Barra, Azucena Gimeno y todo su equipo, y les hicieran girar por Aragón y España.