El artista plástico Mariano Rubio Martínez (Calatayud, 1926) falleció el lunes a los 92 años en Tarragona, lugar donde se asentó en la década de los 60. El autor fue reconocido por el Gobierno de Aragón con el Premio Aragón-Goya de Grabado en el año 2000.

El bilbilitano fue pintor, grabador, ceramista y escultor. Sus estudios y su actividad laboral se desarrollaron entre Cataluña y París. Rubio Martínez ocupó el cargo de consejero en importantes instituciones artísticas españolas: el Centro de Estudios Bilbilitanos de Calatayud, la Institución Fernando el Católico de Zaragoza, y el Instituto Ramón Berenguer IV de Tarragona.

El artista fue más conocido por su obra gráfica que por su pintura. Sus primeros trabajos fueron estructuras vegetales, formas del azufre cristalizado o circuitos electrónicos impresos de televisores. Con el tiempo evolucionó como grabador y hacia 1968 añade un tema basado en paisajes urbanos y rurales, y asuntos históricos. Su próxima influencia sería la revalorización de lo envejecido, y más tarde realizaría composiciones con aspecto neobarroco renovado y surrealista. Sus últimas obras se caracterizan por una abstracción de texturas, planos y sugerencias espaciales, además de aspas y formas geométricas.

Mariano Rubio Martínez recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el de Académico de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y Mestree del Gravat por la Generalitat de Cataluña.