Hace algo más de una semana, el mundo de la lírica sufrió la triste pérdida de Pilar Torreblanca, ilustre soprano aragonesa que falleció a causa de complicaciones derivadas del covid 19. Fue una artista de reconocido prestigio y una experta en el repertorio rossiniano. La Sociedad Filarmónica y el Auditorio de Zaragoza han querido plantear el concierto de este lunes como un tributo a su figura.

«Pilar Torreblanca ha sido sin duda una de las grandes voces aragonesas de nuestro tiempo», declara Cristina Sobrino, presidenta de la Sociedad Filarmónica. «Hemos querido rendirle este sincero y merecido homenaje para recordar su fantástica voz y en especial su humanidad. Ella nos enseñó que lo más importante en la vida es la actitud», añade.

Por su parte, Miguel Ángel Tapia, director del Auditorio y participante en el concierto de este lunes como pianista, explica que «la iniciativa del tributo surgió de la Filarmónica y nos pareció una idea fantástica a la que debíamos sumarnos. El primer concierto lírico de la Sociedad en el Auditorio tras la desaparición de Pilar tenía que ir dedicado a ella, una cantante histórica de nuestra ciudad».

Tapia, además, acompañó en muchas ocasiones a Torreblanca. Por este motivo, esta actuación representa para él una ocasión muy especial. «Seguro que voy a estar muy emocionado, hasta tal punto que quiero prepararme mentalmente para sobrellevarlo», confiesa Tapia. «Contamos con dos solistas magníficas para dar forma al que será el primero de varios homenajes más», apunta. El programa del espectáculo, que lleva por título Caprichos, abarca desde arias de las óperas más conocidas de Händel hasta algunos números de Candide, la opereta cómica de Bernstein, pasando por música de Offenbach y Saint-Saëns.

Este lunes hay más de un motivo para acudir a la Mozart a las 19.30. Aparte del atractivo repertorio propuesto y la oportunidad de apoyar a la cultura en momentos difíciles, el público puede rendir un sentido homenaje a una gran intérprete aragonesa. Las voces de las donostiarras Sancho (soprano) e Iragorri (mezzosoprano) servirán para recordar a Pilar Torreblanca haciendo lo que la zaragozana más disfrutaba: cantar.