ARTISTA: Jorge Drexler
LOCAL: sala Oasis
FECHA: viernes, 12 de noviembre
ASISTENCIA: alrededor de 300 personas
Vino el viernes Jorge Drexler a Zaragoza con un formación distinta a la que trajo cuando presentó hace unos meses en la ciudad Eco , su disco más reciente, pues sostiene que gusta de cambiar los formatos para que las canciones tengan, por así decir, varias vidas. Vino a Oasis, local muy distinto de la sala Luis Galve, del Auditorio, donde actuó la última vez. Sala y formación marcaron su concierto del viernes. La primera propició mayor acercamiento al público; la segunda dio más carácter a las canciones más enérgicas del repertorio, en detrimento de las más pausadas. Es una opción, sin duda, aunque no sea compartida.
Drexler armó un programa con piezas de Eco (la que titula el álbum; Transporte; Se va, se va, se fue; Guitarra y vos; Polvo de estrellas; Todo se transforma. Milonga del moro judío... ) y composiciones más antiguas como De amor y casualidad, La edad del cielo, Aquellos tiempos, Tamborero, El pianista del gueto de Varsovia, Frontera... Con cuatro de ellas organizó un set acústico mediada la actuación, una forma de dejar claro que sus propuestas funcionan desde perspectivas muy diversas.
Y es que el uruguayo compone y graba con gran exquisitez, aunque sus directos no siempre respondan a esas coordenadas. El viernes abusó del efecto karaoke (él comienza una estrofa, y él público la termina, ya saben), aprovechando que actuaba ante un público entregadísimo, a la vez que quebró en varias ocasiones el ritmo interno del concierto.
En conjunto, con unos músicos muy solventes, la presentación de Jorge Drexler, quien anduvo muy dicharachero, combinó momentos de gran intensidad y emoción con pasajes hilvanados con puntadas algo gruesas. Por encima de todo eso, como queriendo escapar a las decisiones de su creador, estuvieron unas canciones excelentes. Esas que convierten al autor de Crece en paradigma de la ruptura de las taxonomías sonoras, y en toda una referencia de la música cantada en español.
