VOCABULARIO DE ARAGON

AUTOR: Juan Moneva

ESTUDIO: J. L. Aliaga

EDITA: Xordica, Prensas Universitarias, IFC.

Ha sido un best seller en la recién terminada Feria del Libro, pero en el ámbito universitario ha supuesto un verdadero acontecimiento. La recuperación y edición del manuscrito Vocabulario de Aragón de Juan Moneva (en colaboración con Xordica), cuya existencia se desconocía, supone un descubrimiento de gran calado para la filología aragonesa.

Se trata de "un embrión muy avanzado por el tamaño y la profundidad de sus datos, del gran diccionario aragonés", redactado en 1922, según explicó a este diario su descubridor, el profesor de Lingüística General e Hispánica de la Universidad de Zaragoza, José Luis Aliaga.

La gran sorpresa que arroja este Vocabulario de Aragón es que, a diferencia de los vocabularios dialectales o regionales, que se limitaban a mostrar una equivalencia en la lengua estandard de la voz dialectal (el equivalente castellano de la voz aragonesa), éste de Moneva "aspiraba a ser un diccionario equiparable a los diccionarios del español de la RAE".

SALTO CUALITATIVO

Según explica José Luis Aliaga, "la minuciosidad con que se aportan las informaciones, la existencia de mucha fraseología, de textos ejemplificadores de las voces que figuran como entrada", señalan que este diccionario petendió dar un salto cualitativo desde el punto de vista de la elaboración lexicográfica, que parece situado a siglos de distancia de los diccionarios dialectales anteriores, como los de Borao o Peralta, sólo 50 años anteriores.

José Luis Aliaga llevaba varios años investigando en la lexicografía aragonesa, un campo poco frecuentado hasta la fecha, porque los grandes estudios incidían en niveles fonéticos o morfológicos, entre otros. "Lo que faltaba era el estudio de los vocabularios aragoneses".

Aliaga dio con una serie de documentos relativa a una institución aragonesa de principios del siglo XX creada en el seno de la DPZ, que se llamó Estudio de Filología de Aragón, y que dirigía Juan Moneva y Pujol. Esta entidad nació al calor de otras que se estaban creando en ese momento en España, como el Institut d´Estudis Catalans, la Academia de la Lengua Vasca, o la Gallega, que nace en La Habana en 1905. Aliaga señala que "son consecuencia de los movimientos románticos nacionalistas aplicados al lenguaje".

En Aragón, las personalidades que se implican en el Estudio (una especie de Academia de la Lengua) provienen del aragonesismo conservador de la época, de un regionalismo que impregna el clima intelectual y artístico de principios del siglo XX.

"Este Estudio de Filología de Aragón tuvo como proyecto estrella la confección de un gran diccionario aragonés. El diccionario y la gramática era el gran proyecto de de todas las instituciones y Academias regionalistas". En Aragón lo que se había podido recopilar de vocabulario eran pequeñas muestras, hasta que José Luis Aliaga "a través de una serie de colaboraciones" encontró el manuscrito de Moneva, "que no se puede decir que sea el diccionario aragonés".

Los tipos gráficos del manuscrito revelan que había varios colaboradores, (no recopiladores, ya que Moneva disponía de todos los materiales lexicográficos que había, recopilados a lo largo de varios años). Aprovechando la ocasión de la convocatoria de un Premio por la RAE decidió reunirlos y elaborar ese manuscrito gigantesco.

El premio quedó desierto y el Vocabulario no figuraba entre las obras de Moneva, por lo que se desconocía su existencia. pero el original lo guardaba la Real Academia, donde fue hallado. Ahora ese embrión avanzado de diccionario ha visto la luz.

Si la mayoría de las palabras que contiene formaron parte de una realidad rural desaparecida, "podemos decir, al menos parcialmente, que pertenece al vocabulario histórico, cuya vigencia actual va decayendo". Aliaga señala, no obstante, que "no podemos hacer afirmaciones tajantes en ese punto, porque necesitaríamos hacer estudios actuales o recopilaciones similares que permitieran contrastar y ver el grado de vigencia de las voces".

El léxico tradicional que designa realidades ya en vías de extinción o extinguidas, dejan de estar vigentes y pasan a nuestro acervo léxico pasivo. Podemos reconocer la palabra, pero no la empleamos, o sólo lo hacemos con determinados hablantes que ya conocen esas palabras.

El Vocabulario de Aragón ha sido uno de los libros de esta Feria. Pero tiene además un valor impagable para los estudiosos de la lengua aragonesa.