En el universo lucasgaláctico todo es de otra dimensión. 27 años después de que La guerra de las galaxias inaugurara una de las series cinematográficas más rentables de todos los tiempos, sus acérrimos seguidores y sus avispados promotores aún logran convertir cada pequeño paso en un acontecimiento de medidas desproporcionadas.

Para muestra, lo que sucedió anteayer en el Salón Internacional del Cómic de San Diego, donde un enviado del realizador George Lucas dio a conocer el título de la sexta y, según el director, última entrega de la serie, que se estrenará el 19 de mayo del 2005: lo que hasta se ahora se conocía como Episodio 3 llevará por título La venganza de los Sith .

Lo que en una producción normal sería simplemente eso, un título, en el mundo de los galácticos da para un voluminoso tratado. Por ejemplo, los estudiosos de la fuerza que desde 1977 han pasado por nuevas esperanzas, contraataques de imperios, retornos de los Jedi, amenazas fantasmas y ataques de clones, saben que los Sith son los maestros del lado oscuro, casi exterminados un millar de años atrás, y que han vivido en la clandestinidad, preparándose por parejas (un maestro y un aprendiz) para tomarse esa venganza contra los Jedi que ha dado a Lucas pie para el nuevo título.

Pero, además, ese título es un autohomenaje y un guiiño a los más veteranos seguidores. En 1982, cuando se preparaba la segunda entrega de la primera trilogía, ésta se iba a titular La venganza del Jedi . Lucas decidió luego cambiar ese título por El retorno del Jedi , con el que llegó a las pantallas en 1983. Quizá sabía ya que tendría tiempo, espacio y seguidores correspondientes a su categoría de director de culto como para retomar el concepto inicial.

LA CAIDA DE ANAKIN

Aunque sean los Sith y su venganza quienes figuran en el último título, la sexta parte (tercera si se estudia la serie en orden cronológico) se centrará en la conocida transformación del dulce Anakin Skywalker (Hayden Christensen) en el villano Darth Vader. Por supuesto seguirán presentes Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor), la princesa Amidala (Natalie Portman) y el resto de habitantes de la República que se transforma en Imperio, incluyendo a clásicos como C-3PO y R2-D2 y aportaciones de finales de siglo como el denostado Jar Jar Binks.

Con La venganza de los Sith --la primera de las seis películas rodada íntegramente en un estudio, en Australia-- Lucas intentará remontar la caída de éxito tanto en crítica como en taquilla que supuso El ataque de los clones . Esta recaudó en todo el mundo 536 millones de euros (cerca de 90.000 millones de pesetas), 225 menos que La amenaza fantasma , la más exitosa de toda la serie.

Pero hasta que llegue ese momento, ya ha dado a sus seguidores una golosina para ir disfrutando y ha exprimido un poco más su poderosa maquinaria de promoción, que crece en cada filme.

El viernes George Lucas no viajó a San Diego. Envió a su jefe de relaciones con los admiradores de la serie, Steve Sansweet, que fue el encargado de anunciar el título y declarar abierto el debate sobre éste. También le hizo ir a uno de sus artistas, que presentó bocetos sobre la civilización de los Wookies y unas imágenes de la pelea con espadas láser entre Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi, aunque sin efectos especiales, todo para ir abriendo boca de lo que será esta nueva entrega.

Pero el punto álgido de la exprimidora llegó poco después. Sansweet aún tenía otra noticia importante. ¿Sería la incorporación de un nuevo actor, algún detalle desvelado de la trama, más imágenes? No. "Las camisetas se pondrán a la venta en cinco minutos". Que viva el cine. De culto.