Hubo sorpresa y mayúscula, ya que no hubo una, sino dos ganadoras de los premios Forqué. Los productores españoles eligieron, por el mismo número de votos -es la primera vez que sucede en sus 23 años de historia- a El autor, de Manuel Martín Cuenca; y La librería, de Isabel Coixet. Los equipos de ambas películas subieron a recoger el premio. El productor de la primera (Martín Cuenca está rodando en Miami) agradeció el galardón y pidió «poder seguir haciendo cine»; mientras que Coixet, todavía con cara de sorpresa, quitó hierro a que solo hubiera una estatuilla, ya que «a mi lo del trofeo me da igual, con una de esas cámaras que hay por aquí me conformo», dijo entre sonrisas.

Los Forqué se consideran la antesala de los Goya, así que vayan preparando más estatuillas, por si acaso, ya que ambas optan al galardón a mejor película.

El resto fueron ya a título individual. Si es por número, venció El autor, ya que se llevó a demás el de mejor actor, para Javier Gutiérrez, que logró su segundo Forqué. El intérprete dijo sentirse «emocionado», sobre todo, por «el viaje personal que supuso la película».

El galardón a mejor actriz fue a parar a manos de Nathalie Poza, por No sé decir adiós, que subió al escenario sin haberse preparado el discurso, «aunque Maribel Verdú me lo había aconsejado», y, sin gafas («no veo nada»). Le dedicó el Forqué a su padre, y a Juan Diego, «mi otro padre».

La gala, presentada por Boris Izaguirre y Elena Sánchez, fue ágil y tuvo momentos también para la música (con gran protagonismo de los exconcursantes de Operación Triunfo, y menos de Sergio Dalma y Pastora Soler); el humor, a cargo de Edu Soto; las lágrimas las puso una emocionada Julita Salmerón, madre de Gustavo y protagonista del mejor documental, Muchos hijos, un mono y un castillo. También hubo un recuero especial para la primera película española, la Salida de Misa de doce del Pilar; y para maestros como Buñuel, Martínez Soria y al que da nombre a los premios, José María Forqué.

Y también a Carlos Saura, que recibió la Medalla de Oro de manos de Enrique Cerezo, presidente de Egeda. Con Saura haciendo fotos al público puesto en pie, el oscense aseguró que «ya pensaba que nunca me iba a tocar este premio», especial por venir «de los productores» y en Zaragoza. Recordó que ha firmado «40 películas» y que tiene «siete hijos, seis chicos y, por fin, una chica (le acompañó anoche)». «Mi vida está cumplida pero espero seguir trabajando; y en esta profesión, puedo decir que he tenido mucha suerte y he hecho las películas que he querido hacer», señaló el realizador, para concluir pidiendo que el año que viene «me den otra medalla». O que por lo menos, se siga haciendo y viendo cine español; porque, el año pasado, aseguraron, fue un buen año, con más de cien millones de recaudación.