Aunque pudiera resultar profético en unas letras que hablan de «guerra civil entre hermanos», el nuevo álbum de estudio de Bunbury -hoy sale a la venta-, titulado Expectativas, no constituye una reflexión sobre los últimos acontecimientos políticos españoles. Es más, su autor los ha rehuido a conciencia, según dice el músico zaragozano.

«No sigo la política internacional, ni la de ningún país concreto. Me aburre y no me interesa. La política de aquí y de allá está infectada por personajes de una ruindad que no merece ni nuestra atención, ni nuestra conversación. Menos aún, una canción. La música es sagrada», sentencia el músico en una entrevista con Efe a través del correo electrónico.

Su respuesta llega al ser preguntado por la posible relación entre el conflicto secesionista en Cataluña y el mensaje de La ceremonia de la confusión, en realidad una «canción global, precisa, y uno de los temas más emblemáticos de Expectativas (Warner Music), que se publica este viernes, cuatro años después de Palosanto.

Frente a todo ello, en cortes como Bartleby, en el que se inspira en el personaje del relato de Henry Melville, aboga por la «insumisión social» para «no participar de todo este embrollo» y «alejarte de las exigencias de la sociedad». «Personalmente, admiro mucho esta opción, soy consciente del valor que exige y hoy más que nunca creo que existen razones de peso», subraya.

En temas con un punto más irónico y lúdico como Lugares comunes, frases hechas previene además frente «a la información que nos llega» en un mundo de titulares raudos y frases gruesas que alimentan las redes sociales. «¡No repitamos como monas lo que leemos en cualquier periódico o lo que dice un tertuliano de segunda regional!», exclama Enrique Bunbury (Zaragoza, 1967), justo después de pedir con la misma intensidad que «defendamos la libertad de expresión, aunque lo que se exprese no sea de nuestro agrado».

Puestos a dejar las cosas claras, cuando habla de «guerra civil entre hermanos» en la canción Cuna de Caín, alude en realidad a una relación vampírica y dolorosa entre dos personas que deben alejarse para poder crecer y reconocerse en sí mismos», señala.

DOS PARTES / Líricamente se perciben dos momentos que permiten entender mejor el nombre de un disco que abunda en un primer momento en la disensión o, como él señala, «por un proceso de rechazo y disconformidad».

En la segunda mitad, sin embargo, «se concreta el bastón, el oasis entre la mierda» gracias a canciones como Mi libertad, Bartleby, Al filo de un cuchillo, La constante y Supongo, «canciones en las que el amor, el arte y la contemplación se muestran como el último reducto de la belleza». Porque, insiste, esas «expectativas» a las que se refiere el título de su noveno disco de estudio son «exclusivamente musicales». «Después de años de búsqueda, aprendizaje y evolución, llevo una temporada en la que mi obsesión es permanecer en el momento», afirma ante el que considera «el disco más contemporáneo» que ha grabado hasta la fecha «junto con Radical Sonora» (1997).

Así se percibe desde los primeros segundos de escucha, en unos apuntes eléctricos que de primeras contrastan con el carácter más orgánico del previo MTV Unplugged. El libro de las mutaciones (2015), pero que en su opinión entroncan con el sonido conseguido en Palosanto (2013), su último álbum de estudio.

Expectativas vendrá acompañado de la gira Ex-Tour 17-18, que arrancará el 2 de diciembre en Santander y pasará por Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia para acabar, el 16, en el Príncipe Felipe de Zaragoza.