La película Tierra y libertad, de Ken Loach marcó a todos aquellos que participaron en ella, desde los actores, los que eran profesionales y los que no lo eran, a las gentes de Mirambel que de una forma u otra estuvieron relacionados con un rodaje que cumple ahora 25 años. También a Mario Ornat, autor del libro Bienvenido Míster Loach (Doce robles), que recogió ya en 2015 lo que supusieron aquellos días en la localidad del Maestrazgo, y al director de cine José Carlos Díaz, que tras leer este libro ha decidido trasladar la historia a la pantalla en forma de documental.

Una grabación que está en estos momentos en fase de producción y que tendrá como punto culminante el regreso, la última semana de abril, del director británico a la localidad en la que rodó aquella emblemática película y que ahora le tributará un sentido y merecido homenaje. El documental, de 80 minutos de duración, está coproducido por Zeta Audiovisual Aragón, la productora valenciana Visual Producciones y Aragón TV y cuenta con el apoyo del Instituto valenciano de Cultura.

En realidad, la presencia del realizador centra el documental, pero solo para servir de hilo conductor al verdadero motivo del mismo, reflejar la impronta que dejó tanto en el pueblo como en aquellos que colaboraron en la película. «Tierra y libertad se convirtió en una experiencia para todos aquellos que participaron, que fueron muchos y no solo de Mirambel, sino de todo el Maestrazgo, de Valencia, de Castellón, de Morella. Todos quedaron marcados por la forma de trabajar de Loach, que buscaba a personas más que a actores y empleó a gente no profesional porque quería que quien interpretara traspasase la historia a sus personajes de una forma más personal, lo que acabó convirtiéndo la película en una auténtica experiencia para cada uno», cuenta Mario Ornat.

Esta misma búsqueda de la verdad en cada personaje y con cada actor («el que interpretaba a un comunista venía del partido comunista, el anarquista era en realidad un activista libertario, y así», explica Ornat) fue también lo que atrapó al director José Carlos Díaz, quien insiste en que «Loach tiene un método de trabajo que todo lo pone al servicio del actor, actor entre comillas pues busca no profesionales porque le interesa que éste pueda vivir su personaje de una manera sincera y apasionada para darle veracidad a la historia». Así, recuerda que Iciar Bollaín decía que «rodar con Loach no se parece a hacer una película, es más bien una experiencia, pero al final has hecho una película».

Pero más allá del aspecto interpretativo, Tierra y Libertad marcó a todos los habitantes de Mirambel y del Maestrazgo «pues consiguió que ese pueblecito y esa comarca se conociesen en todo el mundo», apunta Ornat; de ahí que José Carlos Díaz tenga claro que «quizá aquella revolución no durase mucho, ni en la guerra civil, ni la del tiempo de rodaje que fue una locura de solo dos meses, pero en realidad la revolución de Ken Loach en Mirambel sí triunfó en el interior de la gente que vivió aquella experiencia», y eso es, de alguna forma, lo que pretende reflejar el documental.

«La intención, con el libro, fue recuperar ese patrimonio que Tierra y libertad dejó en Mirambel, y que José Carlos pueda dar continuidad a este proyecto desde otro punto de vista y con otro lenguaje narrativo me parece extraordinario», concluye Ornat.