En este viaje por las redes, llega la hora mágica de la Literatura. Es tan amplia su perspectiva que iré rápido y quedarán caminos a explorar. En mi catálogo hay miles de libros, comenzando por los grandes anónimos (de los Upanishads a Popol Vuh, Gilgamesh, los Mitos de Cthulhu, Las mil y una noches; las sagas del Rey Arturo, el Romancero, Roldán, El Cid, el Lazarillo… está casi todo disponible).

Como los grandes escritores de la Antigüedad (teatro y filosofía griegos, Lao Tsé, Ovidio, <b>Virgilio </b>y Séneca, San Agustín…). O ya en la Edad Media (<b>Abentofail</b>, Marco Polo, Maquiavelo, Dante, Bocaccio, Berceo, Jorge Manrique) y modernidad (Erasmo, Shakespeare, Molière, Descartes, Spinoza, Camoês, Goethe, Fray Luis y los santos Juan y Teresa, Cervantes y todo el oro del siglo, de Lope a Quevedo). Parece que estemos repasando el viejo bachillerato: todos esos autores y sus grandes obras están en las redes: basta cierta paciencia y saber buscar.

El disfrute se hace casi estrés al acercarse a los tiempos contemporáneos, de <b>Jovellanos</b> a Costa, de Valera a la Pardo Bazán y Galdós, los grandes del 98, los poetas del 27, los del exilio. Y nuestro tiempo, desde ya clásicos como Aldecoa y Delibes, a los grandes novelistas vivos (Marsé, Marías, Muñoz Molina, Laura Freixas), ensayistas (Ortega y María Zambrano, M. Castells, el hace poco fallecido Ferlosio), poetas (Juan Ramón Jiménez y <b>A</b>leixandre, Ferrater, Ángel González y José Hierro, la gran Paca Aguirre, Jaime Siles) y los cada vez mejor conocidos de América Latina (los argentinos Arlt y <b>Alfonsina</b>, <b>Borges</b> y Cortázar, Mújica, Saer o Piglia; chilenos Neruda, Gabriela, Donoso; García Marquez y su entorno colombiano; los cubanos<b> Carpentier</b>, Barnett, Cabrera Infante; los guatemaltecos<b> Asturias</b> y <b>Monterroso</b>; los mexicanos <b>Rulfo</b>, Pitol, Poniatowska; los peruanos César Vallejo y Vargas Llosa; y los uruguayos Onetti, Benedetti e Ida Vitale. Ya saben mis lectores en que cito muy pocos, mis preferidos. Luego les llevaría a los grandes portugueses, de <b>Pessoa</b> a Torga, Saramago y Lobo Antunes; los franceses Flaubert, Stendhal, <b>Zola</b>,<b> Proust</b>,<b> Camus</b>, y el gran grupo femenino de las <b>Beauvoir</b>,<b> Duras</b>,<b> Yourcenar</b>,<b> Weil</b>; los anglosajones <b>Whitman</b>,<b> Joyce</b>,<b> Virginia Woolf</b>,<b> Conrad</b>,<b> Faulkner</b>,<b> Roth</b>,<b> Susan Sontag</b>,<b> McEwan</b>; italianos como Calvino, Pavese, Sciascia,Eco, Magris, Tabucchi y Melania Mazzucco; los grandes poetas griegos; los nórdicos y de centro y este de Europa: <b>Mann, Zweig</b>,<b> Grass</b>,<b> Sandor Marai</b>,<b> Wis</b>lawa Szymborska y Alejandra Ajmátova y otros rusos desde Tostoi y Dostoievski al siempre venerado Chéjov. Y autores de otros horizontes, como el marroquí Tahar Ben Jelloun, el egipcio Amin Maalouf, el japonés Murakami, el turco Pamuk, o el chino Gao Xingjian. ¿Alguien con esos autores con frecuencia facilitados en pdf puede decir que se aburre?

No entraré en terrenos con muchos fans y especialistas, como el vastísimo de la ciencia ficción (de <b>Huxley</b> a <b>Asimov</b> y <b>Bradbury</b>), los clásicos juveniles (de <b>Verne</b> y <b>Salgari </b>a <b>Stevenson</b> y <b>Twain</b>), los grandes best-sellers, etc. La senda literaria es anchísima, abierta, libre. Muchos libros recientes están vedados porque quieren ser vendidos por Amazon y las librerías, pero siempre es posible acercarse a las reseñas, entrevistas, estudios sobre ellos. Además, muchos libros editados en América Latina, o en otros idiomas, son mucho más accesibles. Que los disfruten.