Una bonita faena de José María Manzanares hijo fue premiada con una oreja, el único trofeo de la tarde a uno de los dos toros que brindaron posibilidades. Se lidiaron toros de Torrealta, bien presentados y de juego desigual. Los mejores, primero y tercero; el sexto también se movió con clase aunque faltándole un tramo.

David Fandila El Fandi: estocada corta defectuosa (gran ovación); y pinchazo hondo y descabello (silencio).

Antón Cortés: dos pinchazos y estocada (silencio); y media y descabello (silencio).

José María Manzanares, hijo: estocada baja (una oreja); y estocada y descabello (ovación en la despedida).

El Fandi estuvo voluntarioso en el buen primero, pero sin aprovechar convenientemente las buenas cualidades del toro, que tuvo movilidad y clase por los dos pitones. El toro iba y venía, incansable, mientras el torero no terminaba de enterarse. El cuarto no fue toro propicio, agarrado al piso y muy apagado, apenas respondió a los cites del torero.

El otro toro bueno de la tarde fue a parar a manos de Manzanares. El toro, berreón, siguió la muleta con rectitud, docilidad y repetición. Pudo haber rematado el alicantino en el sexto, un toro blando, pero que seguía también la muleta con franqueza. Antón Cortés bailó con la más fea. Su primero, parado y reservón, acusó el castigo que llevó en varas. El quinto echó las manos por delante en el capote y fue muy deslucido en el muleta.

Por otro lado, el rejoneador Jorge de Almeida cortó dos orejas y fue el triunfador del festejo de rejones celebrado ayer en Calamocha. Se lidiaron cuatro toros de Ignacio Pérez Tabernero, manejables. Aquilino Pascual logró una oreja y vuelta al ruedo y Jorge de Almeida, una oreja y una oreja.