Las iniciativas ciudadanas también pueden ser un motor de creación y transformación artística. Bajo esta premisa, un comercio zaragozano próximo al campus universitario se ha propuesto «alegrar un barrio cuyo aspecto no se corresponde para nada con el carácter de sus vecinos». «La gente en esta zona es majísima y bastante alegre, mientras que las calles son oscuras y tristes, y eso es lo que pretendemos cambiar», explica Leire Rial, que regenta desde hace 14 años un centro de estética en la calle San Antonio María Claret.

Cansada de esa imagen lúgubre, Rial decidió plantar cara al inmovilismo y se puso manos a la obra. Contactó con varios artistas locales y comenzó a hablar con los comerciantes del entorno para ver si estarían dispuestos a decorar con murales sus fachadas y persianas. «Aquí nos conocemos todas las tiendas y como vi que tenía buena aceptación lo empecé a mover más en serio», apunta Rial.

Eso ocurrió en enero y solo un mes después la iniciativa -bautizada como Rúa Feliz- ya ha empezado a dar sus frutos. Este jueves, la artista zaragozana Vera Galindo ha comenzado a pintar el exterior del mercado San Antonio y este fin de semana Pedro Romero transformará una peluquería del barrio. «Y ya tenemos otros cuatro locales en cartera, así que no está nada mal para ser un proyecto tan pequeñito», destaca Rial.

Además de darle un toque de color al entorno, la iniciativa va a impulsar la creación de varios artistas, todos ellos locales. «Es un proyecto sorprendente y muy positivo porque puede ayudar a dar visibilidad a los comercios de la zona y mejorar la imagen de la ciudad», señala la ilustradora y diseñadora gráfica Vera Galindo. Aparte de los ya citados, y por el momento, también van a participar Jenni Kärnä Escalante o artesandia_zgz. «Teníamos muy claro que todos los artistas tenían que cobrar por su trabajo y también nos hemos marcado el objetivo de que la mitad sean mujeres», subraya Rial, que se ha encargado de hablar y negociar con los artistas.

Atraídos por el proyecto, los artistas han decidido bajarse el caché. «La actuación en cada fachada cuesta unos 300 euros, pintura aparte», añade Rial. Para que los murales lleguen a más comercios, se va a diseñar un sistema de mecenazgo para que cualquiera pueda aportar su granito de arena. «Vamos a hablar con la Asociación de Vecinos Fernando el Católico para gestionar todo ese tema a través de ellos poniendo un número de cuenta con bizum», explica Rial, que apunta que a partir de 25 euros se podrá participar en este sistema de mecenazgo.

«La idea es que también se pueda actuar sobre los locales cerrados que entristecen mucho la zona, de hecho ya hemos hablado con algunos de sus propietarios, pero esos mecenas también podrán ayuda a los comercios que no pueden permitirse ese gasto actualmente», indica. Por el momento, las seis actuaciones previstas han corrido a cargo de los propietarios. Como en el caso de los detallistas del mercado San Antonio, que se han unido para dar color a su fachada. El mural de Galindo se basa en la apuesta por el comercio de proximidad.

En este sentido, el proyecto llega en un momento idóneo, ya que la crisis del coronavirus ha demostrado que una ciudad sin tiendas y comercios es mucho más triste y oscura como pudo comprobarse durante el confinamiento.

El reto ahora es que los comerciantes de la zona vayan viendo todas esas actuaciones y se vayan animando a hacer lo mismo. «Incluso no descartamos ampliar el radio de acción», destaca Rial, que apunta que todo el que quiera saber más de la iniciativa solo tiene que ponerse en contacto a través de instagram (@felizrua).

Seguidora del arte urbano y conocedora del Festival Asalto, esta zaragozana se ha propuesto hacer algo parecido a pequeña escala: «Pero todo con artistas locales, porque en Asalto, por ejemplo, carecen un poco de eso». Aunque en su proyecto todos los ilustradores tendrán «libertad creativa», el único requisito es que el mural sea «alegre y colorido» para convertir la zona en una rúa feliz.