"Hemos de optar por lo humano si queremos que este planeta funcione con la riqueza del hombre, más allá de los planteamientos mercantilistas". La ministra de Cultura, Carmen Calvo, abrió ayer con una vibrante alocución contra el pensamiento único el congreso Diversidad, creación, industria cultural que se desarrolla durante dos jornadas en la sala Luis Galve del auditorio zaragozano y que cuenta con 300 participantes.

El simposio, organizado por el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Cultura, contó en su sesión inaugural con el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, quien, recordando otro congreso educativo recientemente celebrado en esta capital indicó que Zaragoza se reafirma como "lugar de encuentro" en este tipo de foros que "marcan las políticas educativas y culturales". Iglesias colocó la diversidad cultural al mismo nivel que la biodiversidad como garantía para el futuro del planeta, lo que sería una idea recurrente en la jornada.

EL APOYO ESTATAL

Por su parte, Carmen Calvo situó el debate de la excepción cultural en el horizonte de octubre del 2005, en el que la Unesco plantea aprobar una convención vinculante para los estados sobre la protección de la diversidad de los contenidos culturales y las expresiones artísticas.

"La creación es el impulso primitivo que nos permite hablar de la libertad y de la dignidad humana". Y en ese sentido, la ministra afirmó que "a ese misterio de la creación debemos darle cauce y eso no es hablar de intervencionismo", para agregar después que "es preciso promover los instrumentos para que la cultura exista y no esté abandonada en el mercado".

La ministra socialista manifestó que la cultura ocupa el espacio laico de las aspiraciones transcendentales del hombre, como también la religión lo hace en el ámbito de lo privado de muchos ciudadanos. Y recalcó: "Tenemos una convicción de lo público y seguiremos tomando medidas legales para que la industria cultural española sienta el respaldo solidario de un Estado en la sociedad democrática y moderna"

En ese sentido, Calvo indicó que eran necesarios cuantos más recursos públicos mejor al servicio de la cultura, como se pusieron al servicio de la educación o de la sanidad en la construcción del Estado del bienestar. La titular de Cultura apuntóotra de las ideas fuerza que recorre el congreso: "Hay una parte extraordinaria del desarrollo humano que no tiene que ver con el desarrollo económico".

La ministra concluyó su intervención enumerando las conclusiones del encuentro tenido en Shangai hace dos semanas: El reconocimiento de la naturaleza dual de los bienes culturales, con su variante económica; la protección de la diversidad cultural y su relación con el desarrollo sostenible; la necesidad de dar un cuerpo jurídico a estas ideas en el marco del respeto a los derechos humanos.