Apenas unas horas después de que concluyera la larga, como todos los años, gala de los Goya, la zaragozana Carla Pérez de Albéniz, todavía rebosaba felicidad: «Estoy muy contenta. Siempre piensas que tienes posibilidades pero también puede pasar todo, entonces no cuentas con ello. Estoy muy contenta no solo por mí sino por todo el equipo ya que el Goya es de mucha gente», explicaba ayer recién llegada a Madrid.

Pérez de Albéniz se llevó el Goya a Mejor dirección de producción por su trabajo en Mientras dure la guerra, película que, por otro lado, fue la gran derrotada de la noche, algo que según la zaragozana no afectó al equipo: «El ambiente era muy bueno porque realmente consideramos que el premio ha sido tener las 17 nominaciones, el premio de taquilla y sobre todo el boca a boca que ha habido de la película porque ha gustado mucho al público», indicaba la aragonesa, algo que ejemplificaba con datos: «Hemos sumado 2 millones de espectadores y con 11 millones de euros es la más taquillera con diferencia de todas las que estaban nominadas. En ese sentido, nos sentimos premiados. Obvio que hubiera estado muy bien haber ganado mejor película, director y guion pero ya nos consideramos afortunados con lo conseguido hasta ahora».

Con respecto al momento en el que escuchó su nombre como premiada, Pérez de Albéniz reconocía que no tuvo mucho tiempo para disfrutarlo: «En mi caso fue algo muy automático porque lo único que piensas es que es un minuto, que a ver si no te tropiezas en las escaleras y si no te trabas al hablar. Ese es todo el momento que tienes en la cabeza, intentar no hacer el ridículo», explicaba con humor al mismo tiempo que reconocía que tenía el discurso hecho: «Me lo había preparado el día anterior más o menos para las tres o cuatro grandes cosas que quería decir y no me quería extender porque sé que es muy aburrido para la gente escucharnos y sobre todo a los que no somos famosos que trabajamos detrás de las cámaras. Quise ser breve y concisa pero también lanzar el mensaje de agradecimiento a todos los que me han ayudado».

¿Estaba nerviosa? «Me puse algo nerviosa el día anterior y unas pocas horas antes de la gala porque nos da mucho pánico a los que no estamos acostumbrados a hablar en público. Te impone un auditorio con tantísima gente y una retransmisión en directo impone, no te lo voy a negar».

Sin embargo, Carla Pérez de Albéniz consiguió en su segunda nominación (ya lo estuvo en la misma categoría en el 2016 por El desconocido) el Goya. «Yo más que reivindicar nuestra labor porque es una profesión que trabajas en la sombra, reivindico que es un trabajo en equipo y que todos son importantes, no hay nada más que reivindicar», afirmaba sobre la importancia de que exista un hueco en la gala del cine español para este galardón.

Sobre la polémica eterna de la gala, también era clara: «Todos los años es igual. No sé de qué nos sorprendemos. Es que una gala que dura tres horas y media es pesadísima. Hay muy difícil solución, a mí me encantan cómo lo hacen Sílvia Abril y Andreu Buenafuente y todas las actuaciones pero es muy difícil conseguir que esta gala sea amena porque es muy larga», reconocía antes de opinar sobre el palmarés de esta edición: «Me dan pena todos los compañeros que no han conseguido el Goya porque creo que se lo merecían todos y el primero por supuesto Alejandro (Amenábar) y hubiera sido la bomba pero es que este año había unas películas muy fuertes y muy buenas compitiendo. Todos pensábamos que iban a estar muy repartidos los premios y, aunque me duela, creo que es justo que haya sido así», concluía la aragonesa que consiguió el octavo Goya para la comunidad.