¿Fueron los Oscar el desastre que se anunciaba después de toda la polémica y los sinsabores que rodearon a sus preparativos con anuncios y desmentidos varios? Finalmente, la maquinaria rodó con fluidez, agilizada por la ausencia de presentador. Pero sin ese anfitrión se perdía personalidad, calidez y el posible espíritu de autocrítica. Al espectáculo le faltó también espectáculo; se recordará, sobre todo, por chispazos espontáneos de humanidad.

EL NO PRESENTADOR

‘Medley’ de Queen como introducción

Todo esto empezó de forma tan lógica como extraña: con un popurrí de Queen interpretado por la propia banda con su actual cantante Adam Lambert (no el único exconcursante de American idol que pasó anoche por el Dolby Theatre, porque Jennifer Hudson cantó el tema de RBG). Lógico porque Bohemian rhapsody fue, pese a quien pese, uno de los fenómenos del 2018, y ayer corroboró su curioso calado ganando cuatro de cinco. Extraño porque, sin el tradicional monólogo introductorio que solía abrir las galas que sí contaban con un maestro de ceremonias, aquello podría haber sido muchas otras galas, quizá una de los Grammy, quizá una de los MTV Video Music Awards. Descoloque. Pero al menos nos dejó el gif de la noche: Javier Bardem dándolo todo desde el minuto 1.

EL DISCURSO

Hablemos un poco de la menstruación

El discurso de agradecimiento más encantador fue, sin ningún lugar a dudas se le pregunte a quien se le pregunte, el de la directora Rayka Zehtabchi al recoger el Oscar a mejor corto documental por Una revolución en toda regla. «No estoy llorando porque tenga la regla, ni nada», dijo. «¡No puedo creer que una película sobre la menstruación haya ganado un Oscar!» Aunque forme parte natural de la vida de la mitad de la población, el tema sigue siendo tabú, sobre todo en Irán o India, donde se desarrolla este corto sobre una máquina de fabricar compresas y su impacto en un poblado rural. Bueno, en realidad, en Irán, en India y en todas partes: recordemos a aquel director que que ningún hombre votaría este corto porque el periodo «es desagradable para los hombres».

LA CANCIÓN

Lección de química con Gaga y Cooper

El secreto del éxito (sobre todo en EEUU) de Ha nacido una estrella es uno y muchos: una historia de contrastada (hasta la extenuación) efectividad, un buen puñado de canciones, Sam Elliott sacando el coche a punto de llorar. Pero el principal es la química de Lady Gaga con Bradley Cooper, anoche comprobada nuevamente durante la interpretación a dúo de Shallow, con la Germanotta al piano y Cooper haciendo sus mejores esfuerzos primero en un taburete y luego sentado junto a su partenaire, mejilla con mejilla, al borde de un beso que por desgracia nunca llegó. Escalofríos, oigan.

EL ROBAPLANOS

Todas las reacciones de Spike Lee

El veterano Spike Lee, flamante ganador del Oscar al mejor guion adaptado por Infiltrado en el KKKlan, fue objeto de comentarios en las redes durante toda la noche. Sus reacciones alternaban gloriosamente entre extremos: o prácticamente no existían (se pasó gran parte de la gala con rostro casi despreciativamente estático) o eran de lo mas desatadas. Imposible olvidar su salto a los brazos de Samuel L. Jackson al salir a recoger su Oscar, agradecido con un discurso de los que hacen historia. Empezó con un «¡no encendáis el puto reloj!» y siguió con referencias al legado de la esclavitud, los sacrificios de su familia para sacar al pequeño Spikey-poo adelante o unas presidenciales del 2020 en las que se impone, dijo, hacer lo que debemos.

EL RECUERDO

Mala memoria en el ‘In memoriam’

Hollywood se olvidó de celebrar a Hollywood, es decir, al fallecido Stanley Donen, para el que no encontró hueco en un solo momento de la gala, ni siquiera en una coda de última hora del In memoriam. John Bailey, presidente de la Academia, avisó de que el segmento era selectivo, pero ¿hasta ese punto? Encontraron tiempo para publicistas desconocidos, pero no para Donen, ni para Jonas Mekas, Dusan Makavejev, Julie Adams, Dick Miller, Gary Kurtz… La pena máxima.