--¿Cuándo conoció el romance entre Rubén Darío y Francisca Sánchez, su abuela?

--Rosa Villacastín: Yo tenía nueve años cuando Antonio Oliver Belmás y Carmen Conde vinieron a la casa familiar que teníamos en Ávila a hablar con mi abuela. Estuvieron hablando con ella yo escuchaba el nombre de Rubén Darío y cuando se marcharon le pregunté a mi abuela quién era esa persona y ella me contestó que era el gran amor de su vida. Me lo dijo de una forma totalmente aséptica. Luego volvió y ella les enseñó un baúl azul en el que había un montón de documentos. A los 18 años, me puse a trabajar en el Archivo Histórico Nacional, al que mi abuela había donado los documentos, y es ahí cuando comienzo a conocer la historia.

--Este amor ha permanecido oculto para el gran público hasta ahora. ¿Por qué publicar La princesa Paca en este momento?

--R. V: Yo siempre tuve el proyecto de escribir este libro pero no me atrevía por miedo a ser imparcial. Cuando vivía mi madre era muy reacia a hablar de esta historia porque para ella era como si la abriesen en canal.

--M. F. Reina: Se había contado mucho desde un punto de vista académico y ensayístico pero faltaba por contar la historia íntima de esta pasión.

--No tuvo que ser fácil un amor entre dos personas de clases sociales tan distintas.

--R. V: Juan Ramón Jiménez, Amado Nervo y Manuel Machado fueron los que le pusieron el nombre de princesa Paca. Como todos ellos estaban viviendo su particular historia de amor lo entendieron perfectamente. El entorno de ella, que era más bajo, era el que veía peor que esta relación fuese una realidad.

--M. F. R: Ella rompe con todos los convencionalismos de la época y llega a ser considerada como una princesa por una cuestión de amor. Esto viene de que a Rubén Darío le llamaban el príncipe de las letras españolas.

--¿Cuál fue el proceso de catalogación de ese inmenso archivo?

--R. V: Lo hicimos por países. Luego había gente que no sabía muy bien donde catalogarla, un tal Pepe o Juan... Fue un trabajo muy arduo que me llevó años.

--Sorprende también la complicidad entre Emilia Pardo Bazán y Francisca. ¿A qué lo achaca?

--M. F. R: Es una sintonía muy lógica porque el problema no era ser de clase humilde, sino ser mujer. Eso es lo que las unía.

--R. V: Es un homenaje a todas esas mujeres que han vivido con grandes genios pero nunca se les ha reconocido su labor.

--Su abuelo, el segundo marido de Francisca, hizo posible la labor de recopilación.

--R. V: Invirtió toda su fortuna en hacerlo posible. Nunca tuvo celos. Era una persona muy leída e instruida y adoraba la poesía de Rubén Darío. Además, amaba a mi abuela.