La capilla San Valero de catedral del Salvador de Zaragoza (la Seo) estrenó ayer nuevo aspecto, tras la restauración de su retablo mayor, dedicado al patrón de la ciudad. La obra sigue el camino que se empezó en 2014 para remodelar la capilla, restaurando uno de los lienzos que se encuentran a los lados. 60.000 euros son los que lleva invertidos la Obra Social La Caixa en la capilla hasta hoy, con la restauración de este retablo barroco.

El deán del Cabildo metropolitano de Zaragoza, Luis Antonio Gracia, hizo de maestro de ceremonias en la presentación oficial de la obra restaurada, ayer en la catedral, a la que asistieron el equipo de restauración, liderado por Isaac González Gordo, el Arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, el director de Patrimonio del Cabildo, Ignacio Ruiz, y Raúl Marqueta, director territorial de La Caixa en Aragón, Navarra y La Rioja.

una limpieza integral/ Este último no ocultó su pasión por la Seo y afirmó su intención de «seguir restaurando, continuando por el lienzo que falta, y si pudiera ser el resto de la catedral», comentó.

La transformación ha estado a cargo de Isaac González Gordo (la empresa de encargos tiene el mismo nombre) y su equipo, formado por Sandra Gracia, Ana García e Isabel Bengoa. Llevan trabajando en él «desde principios de septiembre, aunque en total han sido 4 meses de trabajo», declaró González, que incidió en «la importancia de la analítica y documentación gráfica de la obra», antes de empezar a transformarla.

Al acabar la primera fase, que les ocupó el primer mes, el equipo constató que el retablo no estaba dañado estructuralmente, por lo que, mayoritariamente, lo que se ha hecho es «una limpieza, ya que había muchas capas de barniz, de suciedad o del humo de las velas», explicó. Para ello en primer lugar «se fijaron los levantamientos de pintura, donde la policromía está dañada, aplicando calor y un poco de presión», comentó el autor.

Por otro lado, llama la atención el renovado brillo de oro que presenta el retablo. «No hemos dorado nada», afirmó rotundo González, pues el nuevo brillo se debe al dorado original de la obra, que data de la época del Renacimiento, cuando se construyó el primer retablo sobre el que después se acabaría configurando el barroco actual.

«No se ha añadido nada, lo que se ha hecho es quitarse», señaló el director de Patrimonio del Cabildo, Ignacio Ruiz. El retablo, tras sucesivos cambios a lo largo del tiempo, pertenece al estilo barroco churrigueresco, y para restaurarlo González y su equipo utilizaron la técnica del «estucado tradicional, para luego darle color». Por otro lado, la Virgen de Cogullada que se encuentra en la capilla también ha recibido una «limpieza». El arzobispo de Zaragoza declaró que «no se trata de recuerdos, si no de historia viva de la ciudad».