Salvador Vega fue el gran protagonista de la tarde, ayer en La Misericordia, pues consiguió cortar tres orejas --una a su primero y dos al sexto--, pero también resultó herido de gravedad al entrar a matar al que cerraba plaza. Según el Dr. Carlos Val Carreres,"el espada tardará en recuperarse unos 30 días." Javier Conde se llevó la callada por respuesta.en sus dos enemigos, mientras que Jesús Millán recogió palmas y silencio.

Se lidiaron cinco ejemplares de la ganadería de Domingo Hernández y uno (el 5º) de la de Garcigrande, todos ellos del mismo propietario. Mal presentados, a excepción del corrido en sexto lugar, de pocas fuerzas, que hicieron sonar los estribos en el caballo y que se apagaron enseguida en la muleta.

LA CORNADA

Lo peor de la tarde llegó en los últimos instantes del festejo, cuando a la vez que el estoque de Salvador Vega penetraba en el morrillo del animal, éste, con su pitón derecho, calaba la pierna del espada. Aún pareció que el animal lanzó de nuevo a Vega hacia arriba y volvía a recogerlo, pero en realidad lo que hizo fue continuar corneándolo sin sacar su asta de la pierna derecha del torero, zarandeandolo, otra vez, durante angustiosos instantes.

Según el parte médico facilitado por el doctor Carlos Val Carreres, Vega sufre "una herida por asta de toro en la base del triángulo de Scarpa, con un orificio de entrada de 10 centímetros y tres trayectorias. Una de ellas es de 24 centímetros, la otra de 15 y una última, super externa, que llega a la base de la espina ilíaca". En las tres trayectorias resultaron interesados los músculos Recto anterior y Abductor medio; y quedaron diseccionados vasos femorales, además de contusionado el nervio crural. Val Carreres aclaró que "la contusión del nervio crural le impedía al torero levantar la extremidad herida."

Salvador Vega hizo lo más brillante del festejo. Con la capa, debe de destacarse su quite en el segundo y la media rodilla en tierra, con la que cerró su labor en el sexto.

Con la muleta lo mejor sucedió en el sexto, en el que tras brindar a los espectadores de ATADES, se echó la franela a la mano derecha y le propinó dos series de tres muletazos cada una. Enseguida el torero descubrió las buenas facultades del toro por el pitón izquierdo, y fue por ese por el que cuajó una serie realmente espléndida, sin mover los pies de la arena y con la suficiente largura y profundidad para conseguir los olés más sonoros.

Con su primero, ante un astado que se rajó enseguida, Salvador Vega solo pudo lucirse en varias series muy cortas, por los dos pitones, pero llenas de torería y profundidad, que le permitieron cortar una merecida oreja.

Javier Conde no quiso complicarse la tarde. A su primero lo toreó a larga distancia, con el cuerpo totalmente arqueado y descomponiendo la figura, en una labor que, inexplicablemente, llegó a complacer a parte del público, pero la realidad es que entre el toro y el torero cabía además de un tranvía una unidad del metro ligero. Con su segundo, las cosas no mejoraron y el de Málaga se mostró todavía mas inhibido. En su descargo hay que decir que su lote no colaboró.

El zaragozano Jesús Millán no tuvo su tarde, a pesar de que lo intentó por todos los medios. Con su primero, al que recibió con una larga de rodillas, se lució con el capote, en un quite por chicuelinas.

Ya con la muleta, el animal resultó muy parado. El de Garrapinillos se mostró animoso hasta que el toro aguantó, pues este se acabó en la segunda serie por la derecha, pese a lo cual aún insistió Millán por el pitón izquierdo.

Las cosas no mejoraron en el quinto, en el que los deseos de Millán se enfrentaron ante un astado parado, al que solo pudo sacar muletazos de calidad por el pitón izquierdo. En algún momento pareció que la faena podía remontar, pero la frialdad del público y las pocas ganas de embestir del de Garcigrande impidieron cualquier lucimiento.