Es, sin duda, la película sorpresa del año y, como Parásitos, tiene aroma coreano aunque es una producción norteamericana. Se titula Minari, historia de mi familia y es un drama autobiográfico dirigido por Lee Isaac Chung que se ha colado en la carrera de los premios cinematográficos sin que nadie lo esperara. Se llevó el galardón del público y del gran jurado en Sundance, se alzó con numerosos premios internacionales y, hace poco, con el Globo de Oro a la mejor película extranjera, pero es que ahora ha conseguido nada menos que seis nominaciones a los Oscar (película, director, guion, actor, actriz secundaria y banda sonora).

Cuenta las peripecias de una familia oriental que se instala en Arkansas en los años 80. El padre (Steve Yeun, visto en Burning y The walking dead) es muy rápido descubriendo el sexo de los pollitos por lo que es contratado en una granja. Viven en una humilde casa con ruedas en medio del campo y sueña con crear allí un paraíso. Su esposa (Yeri Han) trabaja con él y no está muy de acuerdo con la situación, así como se queja de las incomodidades de su nueva vivienda. Junto a ellos están sus hijos, la despierta Anne (Noel Cho) y el robaplanos (Alan S. Kim), un niño con un problema cardíaco cuyas expresiones ingenuas no permiten apartar la visión de su rostro. A ellos se une la abuela (la veterana Youn Yuh-Jung, La criada, En otro país) para cuidar de los niños mientras los padres trabajan. Juntos intentarán salir adelante pese a las dificultades. Conozcamos los secretos y detalles de esta película.

-El ojo de Brad Pitt. El filme está producido por Brad Pitt, que ha demostrado su buen ojo para escoger películas ya que también estaba detrás de otras cintas que triunfaron en los Oscar (Infiltrados, 12 años de esclavitud o Moonlight) o fueron candidatas (Selma, Moneyball o El árbol de la vida).

-¿Qué es el minari? Quienes hayan visto la película habrán deducido que es un término coreano que se asocia a una verdura o planta. Su principal particularidad es que una vez que este vegetal muere, tiene una segunda vida en la que renace y crece aún más fuerte que antes. Por todo ello tiene un significado también metafórico en el filme. Se utiliza para cocinar pero, eso sí, tiene un olor maloliente. Lo más parecido en la cultura occidental sería el berro, pero el minari tiene un sabor herbal mucho más fuerte y se le suele denominar apio chino o perejil japonés. El director cuenta: “mi abuela trajo minari de Corea y plantamos esas semillas en un pequeño lecho de un arroyo en Arkansas. De todas las cosas que eran difíciles de cultivar en nuestra granja, extrañamente el minari fue el que echó raíces y simplemente creció y floreció”.

-El origen. El realizador y guionista, Lee Isaac Chung decidió escribir esta historia para explicarle a su hija su origen, qué le supuso a sus padres viajar a Norteamérica y qué significaba para él la familia en la que, pese a todo el caos, también había momentos hermosos. Explica: “si pudiera dejar a mi hija una historia, ¿cómo querría que fuera? Anoté ocho recuerdos visuales de cuando tenía la misma edad que mi hija; iban desde las acaloradas discusiones de mis padres en Arkansas hasta el hombre que ayudó a mi padre a arrastrar una cruz por la ciudad, pasando por mi abuela, cuando quemó la mitad de la granja. Al mirar a través de esos recuerdos, pensé que quizás era aquella la historia que quería narrar todo el tiempo”.

-La inspiración. El cineasta se inspiró en Willa Cather, una novelista que escribía sobre la vida en las grandes llanuras y se enamoró de su novela Mi Antonia. Explica: “Como ejercicio, dediqué una tarde a escribir mis recuerdos de la infancia. Recordé los de nuestra familia. Cuando nos instalamos en un remolque de un solo ancho en un prado de Ozark y la conmoción de mi madre al saber que este sería nuestro nuevo hogar. Recordé el olor de la tierra recién arada y la forma en que su color agradaba a mi padre. Recordé el arroyo donde arrojaba piedras a las serpientes mientras mi abuela plantaba una verdura coreana que crecía sin esfuerzo. Con cada recuerdo, veía mi vida de nuevo, como si las nubes se hubieran movido sobre un campo que había visto todos los días. Después de escribir 80 recuerdos esbocé una narración con temas sobre la familia, el fracaso y el renacimiento. Así se me ocurrió la idea de escribir Minari, historia de mi familia; empezó para mí, cuando dejé de admirar y comencé a recordar".

-El auge asiático. Por primera vez en la historia de los Oscar, un actor asiático-norteamericano es nominado a mejor actor (Steven Yeun) y también por primera vez dos directores de origen asiático son candidatos: Lee Isaac Chung y Chloé Zhao (Nomadland).

-La clave de la película. El realizador decidió rodar la película cuando se dio cuenta de que debía centrarse en el personaje de David, que le representa a sí mismo. El niño facilita un modo travieso y alegre con el que penetrar en los recuerdos complicados, pero también ofrece algo más: ese espíritu abierto e impresionable ante todo que puede iluminar la bella extrañeza ante la vida.

-Realidad y ficción. Chung reconoce que hay parte de realidad pero también hay mucha ficción. “No es una representación fiel de mi niñez y Jacob y Monica no son mis padres, pero hay resonancias, la significación personal es profunda. Es un poco como un collage de vida, de recuerdos, de películas, de libros. Ese es el tipo de cosas que barajé mientras escribía el guion”.

-En coreano y en inglés. Una de las decisiones que tomó Chung fue escribir los diálogos de la familia en coreano para reflejar cómo funcionan realmente las familias que acaban de llegar al país. “Demasiado frecuentemente, ves gente en las películas norteamericanas hablando inglés cuando en la vida real no lo haría. Pero creo que cuanto más auténticamente una película muestra los detalles de cómo viven realmente las personas, mayor sentido tiene”.

-Su alter ego. “Alan fue la persona más joven que nos enviaron al casting. Tiene siete años, como mi hija, y apenas puedo lograr que ella haga lo que yo quiero. ¿Cómo diablos iba a dirigir una película con un niño de siete años? Pero seguí volviendo a él porque cada vez que veía su cinta de audición, veía a David. Mi esposa, a veces, se estaba cepillando los dientes y salía y decía: "¿Puedes volver a poner esa cinta?" Solo porque la hacía reír y decía: "Eso es genial". Y volvía al baño. Hay algo en él que es tan magnético que todos queremos verlo, obviamente. Todas mis preocupaciones se desvanecieron porque era un profesional desde el principio. Le explicamos lo que está pasando en la escena y se lanza directamente a ella con un nivel de honestidad que cualquier actor envidiaría. Y lo hizo una y otra vez durante la película. Lo teníamos solo seis horas al día porque es un niño. Y durante 25 días, eso significó que no teníamos margen de error. Y, prácticamente no cometió errores, era un niño milagroso”.

-Recordando a su hermana. “El casting de la niña, Noel, fue muy auténtico. Cuando me comuniqué con ella le pregunté si tenía un hermano menor, ella dijo que sí y yo, que ya lo sabía, porque la forma en que ella estaba hablando me recordó la forma en que mi hermana me hablaba cuando era un niño. Hubo una escena donde me dejó anonadado. Es cuando descubre que Soonja se ha despertado y puede que haya algún problema. Y lo ves en el rostro de Noel. Estaba viendo su actuación y sintiendo las emociones mientras la veía, sentí que, ¡guau!, esta niña es especial. A veces no hizo ningún esfuerzo para poder acceder a algún tipo de emoción, a pesar de que no está técnicamente entrenada. Así que fue genial, sincera y honesta".

-La abuela. Sobre Youn Yuh-Jung, comenta “ella siempre me dice que no diga que es una leyenda porque eso significa que es vieja, pero yo lo diré. Ella es una fuerza singular y supe que eso era lo que necesitábamos para Soonja. Necesitábamos a alguien que no encajara en ninguna categoría de lo que significa ser abuela, ser coreano o inmigrante. Necesitaba ser su propia persona y alguien que de alguna manera estuviera viviendo en un nivel diferente. Y eso es lo que ella es en la vida real. Sus escenas con David, verlos interactuar durante las escenas fueron algunas de las cosas más emocionantes para mí como director, porque sabía que estábamos obteniendo cosas nuevas que no podría haber planeado”.

-Una casa con ruedas. “Nuestro diseñador de producción, Yong Ok Lee, hizo un trabajo increíble al buscar y averiguar qué tendría esta familia en su hogar. Conseguimos una casa rodante usada, donde normalmente están arrancando todas esas cosas y tirándolas para poder renovarlas y hacerlas más de este siglo. Yong vio todas esas casas rodantes viejas y sacaba cosas diferentes de ellas. El vendedor estaba sorprendido de que quisiera conservar la alfombra de pelo largo o cosas así”, explica Chung.

-La música. El director explica que el compositor, Emile Mosseri, le envió un correo electrónico con cinco bocetos de la música poco antes de que empezaran a rodar, algo que no suele ser habitual. “Comencé a escucharlos en mi camino hacia donde estábamos preparando el set y no podía creer que fueran borradores. Estaban perfectamente realizados y me introduje en este otro mundo mientras lo escuchaba en la carretera. La otra cosa que sentí mientras la escuchaba fue que iba a ser una banda sonora sobre mi vida. Supongo que es una sensación de saber que ahora y siempre voy a pensar en mi vida en relación con esta música. De alguna manera tuve ese sentimiento mientras lo escuchaba. Y fue tan malditamente bueno que supe que tenía que dirigir una película que pudiera contenerla”.