Ignacio Estaregui lo tiene claro. «Me parece que se están haciendo las cosas muy mal», y aunque «de momento formo parte de la Academia del Cine Aragonés (ACA), si esta junta directiva no dimite, yo me iré cuando pasen estos premios». Este era su pensamiento ayer, momentos antes de participar en el ciclo Las películas de los demás, donde el director de Miau compartió su pasión por Rocky con el público congregado.

La polémica por el cambio de nominados todavía estaba muy reciente, según la ACA, por un problema de ponderación a la hora de contar los votos. Miau ha visto reducida sus nominaciones en dos de las categorías principales, mejor dirección y mejor guion, ambas para el propio Estaregui. Preguntado por ¿qué ha podido pasar? reconoció que «ese es el problema, que yo no sé lo que ha pasado, porque en aras de la trasparencia, después de la primera votación mandaron la tabla Excel, que según los criterios aplicados eran unos resultados», pero tras la corrección, «los resultados son otros», así que pide que «se muestren esas tablas y mientras eso no sea así... yo no puedo comulgar con algo que se hace de una manera tan poco transparente y no creo que eso sea hacer las cosas bien», dijo el realizador.

El día 29 asistirá a la gala de entrega de los premios Simón, que tendrá lugar en el Auditorio de Zaragoza; y lo dice sin dudar. «No creo que la gala sea ni el momento y el lugar para manifestar ningún tipo de opinión, creo que hay otros foros». De hecho, la entrega de diplomas a los nominados tendrá lugar el próximo viernes, 22 de marzo, en el Acuario de Zaragoza.

"¿POR QUÉ HAY UN JURADO?"

Estaregui aseguró que el malestar no solo es suyo, «es un reflejo del sector porque hay gente que te llama, te manda wasaps... y nadie sabe lo que está pasando». Y se pregunta en voz alta: «¿Por qué tenemos un jurado? ¿Por que una Academia tiene un jurado? Es un problema de base, de ediciones anteriores».

Cuando recibió la llamada para decirle el cambio de nominaciones «aluciné» porque «no se me terminó de explicar bien cual era el cambio de la fórmula. Cuando te dicen que era la fórmula del Excel no puedes contestar porque no tienes elementos como para refutar aquello», señaló. «Si me hubieran visto la cara que se me quedó... pero como la de todo el mundo»

Lo único positivo es que «han asumido que había un fallo y por lo menos lo están intentando corregir antes de tiempo», pero aún así apuntó que la solución igual no ha sido la correcta, porque «quizá sea más acertado añadir a un nominado más, pero yo no tomo esas decisiones», concluyó.

Ese tesón a la hora de trabajar y de manifestarse es el que hizo que para el ciclo Las películas de los demás eligiera Rocky, de la que habló junto a Ignacio Lasierra y Adrián Domínguez, ambos miembros del equipo de Miau, y este último coordinador del ciclo. «Esta película apela a algo básico en mí que es el espíritu de lucha y me siento muy identificado con el personaje. Es una película que no me canso de ver», reconoció. La primera de la saga, «que es el comienzo de todo», reconoció el zaragozano.

Su último proyecto ha sido Miau, del que reconoce que «como experiencia vital ha sido un viaje increíble. Después de Justi&Cia, que fue un rodaje accidentado, el poder rodar aun con recursos limitados fue una experiencia muy bonita». Sin embargo, también reconoce que quizá la «reacción del público y de la crítica a lo mejor estaba lejos de lo que yo quería transmitir» porque «con esta película me he dado cuenta de que los chistes que a mi me hacen gracia no se la hacen a todo el mundo».

Ahora sigue trabajando en nuevos proyectos, escribiendo una película y una serie, «pero no depende de mí o de nosotros como productora» que salgan adelante.