El hombre con poderes arácnidos vuelve para defender a los ciudadanos de Nueva York de los malvados, pero esta vez debe enfrentarse también a un conflicto interno que en Spider-Man 2 tiene tanto peso como sus batallas contra el villano doctor Otto Octavius, también conocido como Octopus. En la nueva entrega, que el próximo miércoles se estrena en Estados Unidos y el 14 de julio en España, el superhéroe tiene dudas.

Han pasado dos años desde que el tímido Peter Parker (Tobey Maguire) dejó a su amada, Mary Jane Watson (Kirsten Dunst), para seguir con sus deberes en esa doble vida de héroe y universitario dibujada por el guionista Alvin Sargent, responsable de historias como Gente corriente y Julia .

Sargent ha subrayado en su versión del legendario cómic de la Marvel creado por Stan Lee y Steve Ditko la crisis de identidad del héroe, agudizada por una relación imposible --Mary Jane ha comenzado su carrera de actriz y tiene un nuevo novio (interpretado por Daniel Gillies), hijo del fanfarrón editor que odia al homre araña--, una amistad con Harry Osborn (James Franco) golpeada por la desaparición del padre de éste y constantes remordimientos por la muerte de su propio tío, de la que se siente responsable.

Muchos, demasiados problemas para un estudiante de ciencias de la Universidad de Columbia cuyos poderes pierden fuerza: Spiderman falla en sus saltos por la jungla urbana neoyorquina y hasta se golpea la espalda al caer de un rascacielos.

En Spider-Man 2 , el director Sam Raimi pone de nuevo en marcha la rentable maquinaria, esta vez con una historia más jugosa, unos efectos especiales más refinados, una acertada banda sonora de Danny Elfman y una prodigiosa comprensión del mundo de cómic. "Lo más difícil fue encontrar la historia correcta --cuenta Raimi, fan número uno de las historias de la Marvel--. Necesitábamos dar con la progresión lógica para el público y el crecimiento del personaje, y finalmente encontramos una línea argumental rebosante de ideas".

GRAN EXPECTACION

De ideas y de entradas en taquilla, porque esta segunda entrega espera llegar al menos a los 820 millones de dólares recaudados en todo el mundo por la anterior. Raimi sintió esa responsabilidad, y tampoco quiso descuidar la acción, que de eso se trata en los cómics: "Hay un gran interés en esta cinta. Para los niños, es un héroe, por eso hemos creado un personaje moral que debe enfrentarse a elecciones duras y tomar las decisiones correctas en su lucha contra el mal".

Spider-Man se enfrenta en esta ocasión al doctor Otto Octavius (Alfred Molina), un brillante y diabólico científico con instinto asesino. Sus poderes residen en un traje mecánico que él mismo ha inventado y que, al contacto con su espina dorsal, desarrolla cuatro tentáculos monstruosos que responden a las órdenes de su cerebro. Su objetivo es controlar las fuentes de energía del planeta. "Quiero que el poder del sol descanse en la palma de mi mano", repite. Por fortuna, ahí está el hombre araña para evitarlo.