La nominación al Goya a la mejor actriz revelación en el 2004 por 'Astronautas' impulsó su carrera, pero lo que realmente la ha consagrado como artista es su papel de Lucía en 'Ciega a citas'. La serie de sobremesa de Cuatro acaba de cumplir los 100 episodios y esta sevillana de 31 años no cabe en sí de gozo.

-¿Pensaba llegar a los 100 capítulos cuando empezaron?

-Cuando comienzas una serie siempre tienes muchas esperanzas y mucha ilusión. Lo que pasa es que depende de tantas cosas que funcione o no... Al final hemos llegado y estoy feliz.

-Era una apuesta arriesgada, un producto diferente en una franja complicada para Cuatro, ¿no?

-Sí, había mucha competencia, pero parece que ha sido un producto que ha gustado. Quizá era necesario en esa franja porque no lo había.

-¿Cuándo empieza una serie se piensa en cuánto puede durar?

-Yo me planteaba el día a día. Estaba bastante nerviosa con lo que estábamos haciendo, porque cuando se empieza una serie no es lo mismo que cuando está ya en marcha. Estuve en una diaria, 'Bandolera', pero ya estaba empezada y consolidada. No es lo mismo que empezar y arrancar un producto.

-¿Ha tenido paciencia Cuatro al tener atravesada esa franja?

-Sí. Creo que ha confiado mucho y le ha dado una oportunidad. De todos modos, desde el principio comenzamos con una buena media y

sobre todo en Twitter, con el target de jóvenes, hemos triunfado. Eso a Cuatro le ha gustado mucho.

-¿Le han pasado algunas de las cosas que le suceden a Lucía?

-Sí, algunas. Mucha gente me dice por la calle que tiene una madre como Maruchi. Y se les ve gente normal y bastante feliz.

-El grueso de la audiencia se encuentra en el 'target' juvenil, que es al que más cuesta llegar...

-Yo no tengo mucha idea de eso. Sé que la cadena está muy contenta porque el 'target' comercial está en los jóvenes. Al ser muy fieles y muy activos en las redes sociales, hemos sido 'trending topic' muchas veces y eso nos hace publicidad.

-¿Cómo vive el fenómeno 'fan'?

-Lo que más me sorprende es que mucha gente me dice por Twitter que Lucía le está ayudando mucho en su vida personal. Eso me gusta.

-¿Por qué terminó 'Bandolera'?

-No tengo mucha idea. Estuve en las dos últimas temporadas y fue bastante bien de audiencia. Pero hubo una decisión de cerrarla. Guardo muy buen recuerdo de Bandolera, porque muchos de mis mejores amigos los hice en esa serie: Miguel Diosdado, Nico Romero y

yo nos hicimos íntimos y luego me acompañaron hasta aquí.

-¿Cómo lleva lo de ser la protagonista y rodar tantas secuencias?

-Bien. Estoy cansada, pero feliz, porque todo el equipo nos hemos convertido en una familia.

-¿Se cree capaz de aguantar este ritmo dos o tres años más?

-No lo sé. Puede que sí, puede que no. Es duro y agotador, pero yo voy momento a momento.

-¿Le pesa la responsabilidad de ser el eje central de la serie?

-A mí me gusta trabajar bajo esa presión, porque estoy aprendiendo mucho. Y estoy teniendo, además, la oportunidad de abarcar muchos

matices de Lucía.

-¿Qué pediría a los guionistas?

-Que encontrara el amor, obviamente. Y que fuera muy feliz.

-Pero se acabaría la serie...

-No, no. Ojalá que siga y que lo encuentre dentro de muchos años.

-¿Devora con ansia los guiones para ver qué le pasa a Lucía?

-Sí. Siempre pienso en qué le va a pasar a esta mujer ahora.

-¿Hay algún compañero con el que disfrute mucho trabajando?

-Ramón Pujol (Miguel Ayala) se ha convertido en uno de mis mejores amigos, pero disfruto con todos. Hemos hecho un grupo muy bonito y nos vemos fuera de aquí. Pero sí, con Ramón Pujol he tenido una conexión especial. Y eso que no le conocía.