Decía ser Feo, fuerte y formal, y a veces va de "sobrao", tal y como le recordó Mari Cruz Soriano; pero ayer, en las Charlas con valor, Loquillo se definió como un hombre "recto, audaz e insistente" como sus abuelos aragoneses; un hombre para quien el escenario es "su casa, el único sitio donde se me permite ser yo, ser libre".

Durante la entrevista, recordó su infancia, sus primeros éxitos, y habló sobre música, política, la situación actual, etc... y todo ante un público entregado que le recibió y le despidió con aplausos. De su niñez habló con ternura de ese barrio obrero barcelonés que le vio nacer y de esa casa de 47 metros cuadrados donde convivían sus padres, su tía, su abuela y ese chico que "no paraba de crecer".

Recordó también sus primeros contactos con la música, ya que su padre era estibador en el puerto y trabajaba con un miembro de Los Sírex, así que "fui uno de los primeros en escuchar al grupo"; y con Manolo Escobar, que en su juventud iba a rondar a una vecina. O su primer éxito, estando en la mili en el Golfo Pérsico, Esto no es Hawai, que guay, aunque lo había grabado antes.

Loquillo fue jugador de baloncesto (de hecho su nombre se lo puso Epi), pero pronto se decantó por la música, "desde abajo" porque se ganaba la vida de promocionero. Eligió el rock, un género que "cada generación ha hecho suyo; que ha podido perder transgresión pero nunca se ha callado". Su primera actuación en Madrid fue en el año 81, en Rockola, vestido de marinero "y salí escoltado por la policía".

El cantante recordó el origen de la movida madrileña, la que "nació en la calle" y la que luego se institucionalizó; una situación que puede volver porque "parece que estamos viendo la misma película, pérdida de derechos, vuelven las banderas colgadas, cambio de rey, movimientos ciudadanos contundentes, líderes muy jóvenes de una izquierda utópica... así que es posible que los jóvenes de 16 y 17 años" protagonicen una nueva movida.

Tampoco rehuyó de la polémica separación de Trogloditas, "por cansancio y por el problema con las drogas"; o de la situación actual de la música y de la política. "En el mundo del espectáculo tienes que creer en tu trabajo, porque si no nadie te cree, por eso hay que ser recto y duro en los planteamientos", dijo. Y de la actualidad: "Si tú no luchas por lo que tienes te lo pueden quitar, y en los últimos 20 años no hemos sido conscientes de lo conseguido".