CICLO: Flamenco Zaragoza

ARTISTA: José Menese

LOCAL: Sala Multiusos, del Auditorio

FECHA: sábado, 14

ASISTENCIA: 700 personas

Entre consejos a Juan Alberto Belloch, llamadas al compromiso ("hay que luchar por algo") y buenos deseos para que el Real Zaragoza se lleve a casa la Copa del Rey, José Menese facturó el sábado por la noche en la Multiusos una actuación de un nivel extraordinario. Menese no llegó a los niveles antológicos que arrojó su último concierto en la ciudad (en el año 2000), pero dejó claro que su cante mantiene brío y hondura.

El cantaor, acompañado por el guitarrista Enrique de Melchor (hablando de este dúo puede decirse, coloquialmente, que se juntan el hambre con las ganas de comer), abrió el ciclo Flamenco Zaragoza, ciudad en la que, dijo, usando un simil taurino, "siempre corta orejas y rabo". Tal vez su faena no fue para rabo, pero argumentos dio para no escamotearle las orejas.

Arrancó poderoso por granaína, homenajeando a Blas Infante, el padre de la patria andaluza, y al tercer cante (casi sin calentar, o sea) ya se estaba liado con la petenera. Un kamikaze, este Menese, que no se anda por las ramas, y huye de lo ligero como de la peste.

Con los mismos collares / los mismos perros , cantó después por tientos, antes de atacar una soleá que remató tremendo por seguiriya. Por ahí continuó para decir adiós. Despedida en falso, pues regresó para abordar una guajira y retirarse con un martinete.

Bien de voz, aunque algo forzado en ocasiones, Menese armó así una velada ajustada de tiempo y larga de cante. Le faltó algo para ser redonda. A Menese siempre le pedimos más, tal vez porque suele ofrecer lo que otros ni sueñan.