En Incautos , el director Miguel Bardem pone a Victoria Abril, Federico Luppi y Ernesto Alterio, entre otros, en un mundo de timadores e incautos en el que cada uno cree que domina las reglas del juego y se encuentra con que las cartas están marcadas. Por eso, la actriz destaca que en esta película "coral", los actores siembran la duda de "hasta qué punto de intensidad decimos la verdad y hasta qué momento de disimulo decimos mentiras". Ella se sintió "timadora y espectadora al mismo tiempo".

Para este filme, Bardem ha preferido no hacer una comedia "ni mostrar el mundo de la picaresca", como en sus anteriores filmes, La mujer más fea del mundo y Noche de Reyes . Se enganchó a una historia seria que hace sonreír y a unos personajes que parecen humanos pero que dejan al margen sus sentimientos.

Incautos , que se estrena este viernes, cuenta la vida de Ernesto, papel interpretado por Ernesto Alterio, desde que en el orfelinato descubre las ventajas del engaño. Conoce los entresijos del timo de poca monta por medio de un viejo del oficio, El Manco (Manuel Alexandre), que le pone en contacto con Federico, interpretado por Luppi, un maestro de altos vuelos. La aparición de Pilar (Victoria Abril), antigua socia de éste, les lleva a dar el gran golpe.

Bardem narra esta historia siguiendo el modelo de Martin Scorsese en Uno de los nuestros : en primera persona con voz en off de Ernesto y desarrollando la acción del final al principio. Escribió dos guiones para mostrar una "enciclopedia del timo" basada en numerosos casos reales aparecidos en la prensa.

La primera idea del cineasta fue rodarla en vídeo y con actores desconocidos, casi un documental, aunque pensó en abandonar el proyecto. Pero decidió seguir adelante cuando el propio Bardem fue víctima de un robo al salir del cine de ver Nueve reinas .

El éxito del argentino Fabián Bielinsky, el maestro de este tipo de historias, David Mamet y Los timadores , de Stephen Frears, son las fuentes en las que ha bebido Bardem y el coguionista Carlos Martín. Con esta galería de timadores de celuloide y su propia documentación, el realizador pone en pie unos personajes que "no son gente violenta, pero no tienen ningún tipo de escrúpulos ni de conciencia".

Bardem ha trabajado con actores de tres generaciones --desde Alexandre a Alterio pasando por Luppi--, por lo que se ha tenido que enfrentar a distintas formas de interpretación que entroncan con unos personajes a los que su peculiar forma de ganarse la vida les obliga a actuar permanentemente. El realizador eligió a Alexandre no sólo por el trabajo que realizó con su progenitor sino porque es "el más entrañable de los actores mayores españoles".