El 7 de agosto de 1974, Philippe Petit cruzó las Torres Gemelas de Nueva York a través de un hilo en un hito que duró 45 minutos y dio la vuelta al mundo. Ayer, 4 de mayo del 2019, cuando las campanas del Pilar marcaban las seis de la tarde, un violín, un órgano y una guitarra empezaron a sonar desde el balcón del ayuntamiento para dar comienzo a Volatiner@s, el espectáculo de funambulismo extremo de los aragoneses Nostraxladamus incluído dentro del festival Zirco que se celebra durante todo el mes de mayo en Zaragoza.

Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, uno de los malabaristas, el elenco estaba formado por La Corcoles (Mariona Moya), Milki Lee (Victor Lázaro), Noche Diéguez y Miguel Pollán, iniciaba su subida a los 10 metros a los que estaba situado el alambre como el ciclista que sube su primer puerto de montaña. Una barra le ayudaba a mantener el equilibrio en un día en el que, para no dar ningún tipo de facilidad a la hazaña, el viento era protagonista. Una vez alcanzada la cima comenzaba lo más difícil, atravesar el cable. Y, para ello, además de saber, no hay mejor seguro que la determinación en cada paso. Ni dos minutos le costó atravesar el alambre entre el aplauso del público (mayoritariamente familiar en la primera sesión de ayer, a las 18 horas) que enseguida guardaba silencio (y volvía contener el aliento) cuando se daba cuenta que al primer protagonista se le unía una mujer a su espalda para volver a intentar la proeza. «¡Ay, ay, ay, ay…!», gritaba una niña mientras señalaba a los dos protagonistas que volvían a desafiar a la gravedad (es cierto, que estaban atados con un cable de seguridad, que por supuesto no tuvo ni que utilizarse) con un paso ligero.

Los aplausos volvían a arreciar en la plaza del Pilar, casi al unísono que el viento... pero, como dirían en los circos clásicos, el más difícil todavía aún estaba por llegar. El sonido del órgano daba paso al de la percusión (Sofía Díaz Gotor, Víctor Palacín y David Celorrio son los encargados de musicar el espectáculo) y la actividad empeza a tomar un ritmo mucho mayor en el alambre. A las cuerdas que colgaban del hilo principal se agarraron dos actores más y comenzaron a realizar un número de equilibrios, trapecio incluido, que casi desafiaban a la ley de que si el espacio está ocupado no se puede pasar por él (al menos para la vista de un ser humano).

Sin embargo, aún había más tiempo para que los funambulistas volvieran a demostrar que no solo podían atravesar el alambre a 10 metros de altura sin sufrir ningún percance y manteniendo el equilibro con una insultante facilidad. También son capaces de pararse, ir hacia detrás, agacharse, quedarse con solo uno de los pies apoyados y un sinfín de cosas imposibles para cualqueir ser humano que estaba ayer diez metros por debajo de ellos contemplando el espectáculo. Un Volatiner@s que, se volvió a representar después a las 20.30 horas y del que hoy habrá dos pases más (13 y 18 horas) antes de despedirse.

De aquella aventura de Philippe Petit surgió el documental Man on wire. De Volatiner@s, que se sepa, no está previsto hacer una película ni Nueva York es Zaragoza ni plaza del Pilar son las Torres Gemelas, pero Nostraxladamus, con este espectáculo, sí ha dejado claro que, probablemente, no tenga nada que envidiar a otros artistas del alambre. 40 metros de cable a 10 metros de altura, un trapecio y un mástil chino pendiendo del cable, dos funambulistas, dos acróbatas y 3 músicos a medio camino hacia el cielo dan buena prueba de ello. Dicho de otra manera, un espectáculo en altura, multidisciplinar, poético y visual para todos los públicos. Una obra para sentir y dar rienda suelta a la imaginación. No se pierdan la promoción del espectáculo para entenderlo todo: «A veces nos refugiamos en el acorazado de las seguridades, resguardando la vida en una tumba para que nadie la mate. Pero necesitamos de la ilusión, de los sueños, de los imposibles, para dar vida a la existencia. Necesitamos desprendernos del lastre, soltar ataduras, armarnos de valor y crear el vacío a nuestro alrededor para desplegar las alas y al fin... Volar».