El inesperado salto de Pablo Iglesias provoca reacciones muy distintas dentro del PSOE y el Gobierno. La salida del Ejecutivo del hasta ahora vicepresidente segundo para convertirse en el próximo candidato de Podemos a las elecciones de Madrid, anunciada por el mismo a través de un vídeo a la militancia de Podemos, ha cogido por sorpresa a las filas socialistas. Aunque Iglesias explica que ha informado al presidente, Pedro Sánchez, de este nuevo vuelco en el panorama político, los ministros socialistas han conocido el salto a través de los medios. “Me acabo de enterar”, admite una ministra.

Y a partir de aquí, las reacciones no son coincidentes. Algunos cargos del PSOE consideran que la candidatura de Iglesias contribuirá a movilizar a la izquierda el próximo 4 de mayo, algo indispensable para arrebatar la Comunidad de Madrid al PP. En un momento en el que la ciudadanía "reclama acuerdos", señalan que el aspirante socialista, Ángel Gabilondo, resaltará por su estilo pausado y moderado frente al del líder morado y el de Isabel Díaz Ayuso, dirigentes que polarizan mucho más. Gabilondo ha sido criticado en privado por una parte del socialismo, que le achaca excesiva tibieza en su labor de oposición, pero precisamente este lunes la ejecutiva del PSOE ha avalado que sea el cabeza de cartel, sin primarias. Todavía podría haber un cambio de última hora, como ocurrió en Catalunya con Miquel Iceta y Salvador Illa, pero hay poco margen.

Un discurso más "radical"

Pero esta visión optimista de algunos cargos socialistas no es compartida por todos en el partido. Tampoco dentro del Ejecutivo. Algunos de sus miembros temen el efecto que el movimiento de Iglesias puede tener sobre el electorado conservador. “Puede unir todo el voto de la derecha en Ayuso y darle la mayoría absoluta”, señala una ministra, que también alerta sobre los efectos sobre la coalición, porque “Iglesias radicalizará su discurso en campaña”. Otro ministro socialista, sin embargo, no anticipa tantos problemas. “Creo que no causará inestabilidad. Le dará a Iglesias un protagonismo que ahora mismo no tenía y llenará el vacío de Podemos en Madrid”, argumenta.

Todos los consultados, en cualquier caso, rechazan que Sánchez vaya a aprovechar esta coyuntura tan cambiante para adelantar también las elecciones. Cuestión distinta es que la salida de Iglesias le dé pie al presidente para hacer una crisis de calado en el Gobierno. De momento, el líder de Podemos ha propuesto a Yolanda Díaz como vicepresidenta primera, un cargo que compatibilizaría con el de ministra de Trabajo. Díaz, salvo sorpresa, está destinada a ser la candidata de Podemos en las próximos comicios generales. Al mismo tiempo, Iglesias quiere que Ione Belarra, hasta ahora secretaria de Estado para la Agenda 2030, se convierta en ministra de Asuntos Sociales. En principio, se trata de cambios que corresponden a Podemos, y por lo tanto Sánchez debe aceptarlos. El presidente dará una rueda de prensa este lunes a primera hora de la tarde en Montauban, junto al presidente francés, Emmanuel Macron.