José María Aznar impuso ayer la cruces al mérito militar con distintivo rojo, con las que se premian acciones de guerra, a los 65 militares que intervinieron directamente en la reconquista del islote Perejil, el 17 de julio del 2002. La entrega de las condecoraciones tuvo lugar en la base de los guerrilleros del Ejército de Tierra, en Rabasa (Alicante) y se celebró a puerta cerrada.

Un portavoz del Ministerio de Defensa dijo que el acto era a puerta cerrada "porque las caras de los guerrilleros no deben de ser filmadas por razones de seguridad, debido a las especiales características de las misiones bélicas y antiterroristas que realizan".

Personas próximas a Aznar admitieron que la exclusión de los medios informativos tenía cierto contenido político. Se trataba de evitar, según dijeron, que el acto pudiera ser malinterpretado por las autoridades marroquís, sobre todo después de que el ministro de Defensa, Federico Trillo, manifestara hace cinco días que le hubiera gustado ocupar Perejil ocho años antes para que los pescadores españoles pudieran faenar en aguas marroquís. Todos los partidos de la oposición criticaron a Aznar por la "inoportunidad" de este acto.

TRILLO, SONRIENTE Ayer Federico Trillo aparecía sonriente y satisfecho. Participó con Aznar, el presidente valenciano Francisco Camps, el ministro Eduardo Zaplana y el jefe del Ejército de Tierra, Luis Alejandre Sintes, en la imposición de las cruces al mérito militar con distintivo rojo. El rojo honra las "acciones, hechos o servicios prestados en el transcurso de conflictos armados y operaciones militares que impliquen el uso de fuerza armada", según la orden de recompensas militares de agosto del año 2003.

La reconquista de Perejil fue considerada, de hecho, una acción de guerra por el rey de Marruecos, Mohamed VI. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, medió para evitar el conflicto.

La incursión fue bautizada como Cantado por el jefe de los guerrilleros, el general Pedro María Andreu Gallardo, según se supo ayer. La protagonizaron 28 boinas verdes que descendieron de tres helicópteros de las Fuerzas Aerotransportables del Ejército de Tierra. Otros dos helicópteros les dieron cobertura.

La operación se realizó sin disparar un tiro. El presidente del Gobierno se mostró ayer orgulloso de la profesionalidad del Mando de Operaciones Especiales, pero evitó pronunciar el nombre de Perejil.