Cuba dejó ayer descolocada a la diplomacia española. Antes de recibir al embajador español en La Habana, Carlos Alonso Zaldívar, el ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque, anunció la reapertura de los "contactos oficiales" con España, pero no con el resto de los países de la UE, aunque Cuba los congeló en bloque en el 2003. El Gobierno español se limitó a "tomar nota" de la decisión cubana en un comunicado en el que insiste en la necesidad de que La Habana extienda esos "contactos" a "todas la embajadas de la UE".

La nota emitida por Exteriores se cuida de aplaudir la iniciativa cubana e insiste en que España trabajará para "alcanzar los objetivos fijados en la posición común de la UE en 1996", es decir, en que el diálogo permita avances significativos en los derechos humanos en la isla.

La cita del canciller cubano y el diplomático español puso punto y aparte en la crisis que desde hace 18 meses enfrenta a Cuba con la UE. Pero implica que España se convierte en el único país europeo reconciliado con la isla. Sobre esto alertó ayer el diputado popular Jorge Moragas, que interpretó el gesto de La Habana como "un regalo envenenado" para "romper" la política común de la UE. Diplomáticos de países europeos en La Habana consultados por France Press calificaron ayer de "absoluta sorpresa" la decisión cubana y opinaron que ésta "abrirá una crisis en la UE".