El Partido Popular no hizo una sola campaña para las elecciones europeas, sino dos y media. La media --por la poca atención que le prestaron el secretario general del partido, Mariano Rajoy, y el candidato, Jaime Mayor-- versó sobre la lejana e ignota Europa. Las dos campañas completas, las que consumieron más tiempo y energía a los dirigentes populares, tenían un objetivo más doméstico: plantear el 13-J como una revancha contra el PSOE por su victoria en las elecciones generales del 14 de marzo pasado. Y consolidar el liderazgo de Rajoy en el partido conservador.

Un día tras otro, en polideportivos y plazas, Mayor pidió la movilización de los españoles para que el día 13 "la verdad gane a la mentira y la realidad gane a la tragedia". En román paladino: para que quede probado que los socialistas llegaron a la Moncloa manipulando los sentimientos tras los atentados de Madrid del 11-M. Alrededor de esta columna vertebral, Mayor y Rajoy construyeron el resto del esqueleto dialéctico: el PSOE es "el partido del paro, el despilfarro y la corrupción", Zapatero no defenderá los intereses de España en la UE por estar hipotecado a los nacionalistas y a Pasqual Maragall; el Gobierno ha dejado a España sin prestigio y aislada en el mundo...

Rajoy aprovechó las elecciones europeas para hacer su propia campaña: la de su reafirmación como líder de la oposición. Intervino en nueve actos, casi todos en feudos populares que garantizaban el fervor del público. Sus simpatizantes lo recibían con gritos de "¡presidente, presidente!", y él, complacido, respondía que muy pronto se cumplirá ese sueño. "El Partido Popular está aquí", comenzaba invariablemente sus discursos, para transmitir que, bajo su batuta, la organización que ha heredado de José María Aznar sigue viva. El expresidente del Gobierno permaneció al margen de la campaña, y Rajoy sólo lo mencionó por su nombre en los dos últimos mítines al elogiar el legado del anterior Ejecutivo.

Rajoy y Mayor comenzaron la campaña más bien desganados, pero se fueron animando con los días. Fuentes del PP aseguraron al cierre de la campaña disponer de sondeos que pronosticaban una victoria ajustada del PSOE, incluso un empate técnico. Si esos augurios de cumplen hoy, el secretario general y el candidato proclamarán victoria. Y Rajoy llegará más tranquilo al congreso de su partido en octubre.