El apoyo internacional tan deseado por los independentistas no les llega. Las últimas gestiones realizadas en persona por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, han sido dinamitadas. El Gobierno de EEUU y la fundación de Jimmy Carter dejaron claro ayer que no respaldan la causa independentista catalana. La Embajada de Washington en Madrid envió un comunicado en el que subraya que quiere una España «fuerte y unida» y la institución del expresidente norteamericano dejó por escrito en otra nota que «ni él ni el Centro Carter podrían estar involucrados en este tema».

Estos gestos llegan tres días después de que Puigdemont se reuniera con los congresistas estadounidenses Dana Rohrabacher y Brian Higgins y de que el president viajara en secreto a EEUU para reunirse con Carter. En el comunicado, la embajada norteamericana insiste en que el debate en torno a Cataluña «es un asunto interno» y en que su Gobierno está «profundamente» comprometido en matener una buena relación con España, un país con el que trabaja «en estrecha colaboración en una serie de desafíos mundiales».

«Desde el fomento del crecimiento económico mutuo hasta la lucha contra el ISIL [Estado Islámico] y la prevención del extremismo violento, España es un aliado vital, socio y amigo de Estados Unidos», se lee en la nota. La legación diplomática intenta así dejar claro que la visita del republicano Rohrabacher, que en varias ocasiones se ha manifestado a favor del derecho a decidir, y del demócrata Higgins no ha alterado la posición tradicional de EEUU en este asunto.

La Generalitat intentó encajar estas bofetadas diplomáticas, auspiciadas, según confirmaron fuentes diplomáticas, por el Ejecutivo español. El Gobierno catalán mostró «todo el respeto» hacia Estados Unidos y trató de quitar importancia a la nota porque la considera «un comunicado a petición» del equipo de Mariano Rajoy.