El embajador de Estados Unidos en España, George Argyros, justificó ayer su ausencia en el desfile de la Fiesta Nacional en Madrid, el pasado martes, por el hecho de que el ahora presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no se levantó durante la parada militar del año anterior en el momento en el que pasó ante la tribuna de autoridades la bandera norteamericana.

En el desfile del 2003, Zapatero, entonces líder de la oposición, evitó honrar la bandera de las barras y estrellas para explicitar de esta forma su rechazo a la guerra de Irak. El líder del PSOE no se incorporó de su asiento ni aplaudió, cosa que sí hicieron en cambio los compañeros de tribuna que le flanqueaban: el entonces candidato a sustituir a José María Aznar en la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy; el portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes, y el expresidente Leopoldo Calvo Sotelo. En cambio, Zapatero aplaudió con visible entusiasmo a los legionarios, que llevaban entonces el peso de la seguridad en la provincia iraquí de Al Qadisiya.

ALMUERZO EN LA ZARZUELA En una entrevista a Europa Press, Argyros reconoció ayer que éste fue el motivo, entre "otros muchos" que no desveló, de su ausencia del desfile. El diplomático tampoco acudió a la posterior recepción oficial que ofrecieron Juan Carlos y Sofía, aunque ayer explicó a Efe que si no estuvo presente en el Palacio Real fue por un problema de traslado con un avión. Precisamente, el embajador norteamericano almorzó ayer con los Reyes en el palacio de la Zarzuela.

A la comida asistió también el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, con quien el embajador tuvo ocasión de mantener una "extensa y agradable" conversación, según explicó éste posteriormente. El pasado miércoles, desde Marruecos, Moratinos reprochó al diplomático norteamericano su ausencia de la recepción real.

El embajador norteamericano desveló asimismo que ayer por la mañana mantuvo una conversación con el ministro de Defensa, José Bono, con quien acordó celebrar una reunión en breve. El encuentro podría producirse hoy mismo en un desayuno de trabajo.