Las dificultades económicas de la banda terrorista ETA la han llevado a modificar su sistema de extorsión. Desde octubre del 2000 hasta mayo del 2001 remitió 650 cartas a empresarios en las que les permitía pagar en dinero o en especie. Con este método, la organización terrorista ha recaudado cerca de dos millones de euros en los últimos tiempos. Uno de esos empresarios, José Luis Areizaga, admitió ayer ante el juez Baltasar Garzón que pagó 24.000 euros con material deportivo que entregó a los presos de la banda.

Fuentes de la investigación han informado que ETA decidió remitir las cartas a personas que consideraba "sensibles" a sus postulados. Antes de recibir la exigencia de pago, Areizaga, por ejemplo, ya donaba cada año 60 euros al colectivo de presos de ETA y regalaba a sus familiares prendas deportivas cuando acudían a su tienda de Tolosa.

DOBLE PAGO En esas misivas, la banda terrorista explica que su demanda es distinta de la extorsión del llamado impuesto revolucionario , que se reserva a personas contrarias a la organización. En esos escritos de la banda terrorista, se ofrecía a los extorsionados la posibilidad de pagar en dinero (para financiar a la organización) o en especie, para "paliar las necesidades económicas de los represaliados de ETA".

Areizaga se acogió a este sistema y optó por pagar parte de los 24.000 euros que le reclamó ETA en metálico y parte en especie. El empresario admitió ayer que entregó 3.000 euros a un individuo que le citó en una playa de Sokoa a finales del mes de diciembre del 2000. Otra parte, por valor de 12.000 euros, la liquidó en material deportivo para los presos de la organización. Esas entregas eran anuales y se realizaron en los meses de diciembre del 2001, el 2002 y el 2003.

IMPUTADO El extorsionado explicó al juez que el material deportivo que entregó a los presos de la banda consistía en prendas deportivas, zapatillas, ropa de abrigo y material diverso de montaña.

El empresario quedó ayer en libertad sin medidas cautelares, pero el juez lo mantiene imputado por colaboración con ETA. En su declaración, alegó que pagó por miedo a que destrozaran su establecimiento o a ser asesinado como dos amigos suyos. También reconoció que comentó su situación con el exalcalde de Tolosa, actualmente huido.