El Gobierno catalán quiso ayer trasmitir una imagen de normalidad y de operativo bajo control para el referéndum de mañana, contra las dudas respecto a si realmente se podrá llevar a cabo la votación ante la actuación policial en contra de la convocatoria. Y lo hizo afirmando no sólo que se votará sino que hay alternativas al posible bloqueo policial de mesas, urnas y colegios electorales. Es más, en una comparecencia conjunta ante numerosos medios de comunicación locales y extranjeros, el vicepresidente Oriol Junqueras, el portavoz y titular de Presidencia, Jordi Turull y el responsable de Exteriores, Raül Romeva, acabaron mostrando uno de los secretos mejor guardados: la urna del 1-O, hecha de plástico translúcido y con el logotipo de la Generalitat.

Una empresa china (Ballotexpert, con sede en Guangdong) fabrica urnas similares cuyo precio oscila entre 4,23 y 6,77 euros, según la cantidad que se encargue. El pedido mínimo en esta compañía es de 500 unidades. Los miembros de la Generalitat ofrecieron los datos del censo de votantes, que es de 5.343.358 catalanes, 167.000 menos que el censo de las últimas elecciones autonómicas, que fue de 5.510.795. Hay previstos 2.315 colegios electorales, 6.249 mesas y 7.235 voluntarios.

El vicepresidente Junqueras aseguró que se podrá votar mañana y que los actos de represión del Estado refuerzan la legimitidad del referéndum: «Si alguien pretende cerrar colegios, los ciudadanos podrán votar este domingo: si alguien asalta colegios electorales o cualquier otro gesto tan antidemocrático como intentar impedir que se ponga la papeleta en la urna, los ciudadanos de Cataluña podrán votar el domingo; por tanto estamos convencidos de que los resultados tendrán toda la validez, la validez derivará tanto de nuestro trabajo para garantizar que los ciudadanos puedan votar como también de las dificultades que el Gobierno del PP habrá querido poner, la legitimidad no se debilita sino que se refuerza ante la dificultad que nos ponen».

Preguntado sobre qué sucederá si se cierra un colegio o no se puede constituir una mesa, Junqueras ha asegurado: «si alguien cierra un colegio hay alternativa par que la gente vote. Aunque se lleven una urna, 100 o 200, hay muchas maneras de votar, porque hay muchos colegios, muchas maneras de conseguir que los ciudadanos voten».

El vicepresidente mostrado el «respeto» y «amor» hacia España, «con la voluntad de tener las mejores relaciones posibles con todos los países de nuestro entorno, serán las mejores si disponemos de las mismas herramientas institucionales». «Ni el Govern ni los ciudadanos de Cataluña no están haciendo nada malo, poner el futuro en manos de los ciudadanos no es hacer nada malo, al contrario», insistió. Los miembros de la Generalitat evitaron anticipar escenarios sobre la declaración de independencia, y se mantuvieron en el guion de trasmitir normalidad y convicción respecto a la celebración de la consulta. Más allá del domingo, nada.

Preguntado sobre la inexistencia desde hace una semana de los siete miembros de la Sindicatura electoral -el árbitro del referéndum, que fue amenazado con una multa por parte del Tribunal Constitucional de 6.000 euros diarios a cada uno de sus integrantes-, el portavoz del Gobierno catalán, Jordi Turull, anunció que el domingo habrá «personas que respondan por su credibilidad, profesionalidad académica y profesional que acreditarán la validez del resultado». «El domingo se votará», aseguró también Turull en su turno de intervención, que ha finalizado con un llamamiento a la calma. Por su parte, Raül Romeva, emplazó a las UE a escoger entre la actitud «antidemocrática» del Estado y la posición la Generalitat.