El Gobierno no acepta el órdago de Quim Torra. Poco después de que el president lanzara un ultimátum para que Pedro Sánchez acepte el referéndum, la Moncloa respondió que no aceptaba la «amenaza» y que más allá del maximalismo verbal del mundo independentista, la única respuesta es el diálogo. La ministra portavoz, Isabel Celáa, compareció tras escuchar al president y rechazó toda presión. Señaló que Pedro Sánchez no escuchará los dictados de quienes están interesados en «aumentar el conflicto» para que marquen el camino.

«El president no tiene que esperar a noviembre para tener respuesta. Se la damos ahora mismo: autogobierno, sí, y no independencia. La propuesta es la convivencia no la independencia», explicó. El Gobierno mantiene su voluntad de tender puentes y considera que el lenguaje disruptivo del independentismo obedece al clima especial del 1-O. «Ni la radicalidad es el camino ni la amenaza lo es. En Cataluña sobran gestos y falta responsabilidad», defendió Celaá, quien opinó que Torra «se equivocó al jalear a los radicales y se vuelve a equivocar lanzando amenazas».