EL EXPLOSIVO se encontraba abandonado en una mina cerrada del municipio asturiano de Tineo. La Guardia Civil descarta que fuese un depósito ilegal y que tuviera fines delictivos. Los explosivos tenían su envoltorio original y se encontraban "en muy mal estado de conservación, mojados y embarrados", según fuentes cercanas a la investigación. La mina pertenecía a la empresa Caolines de Merillés, en la que trabajó José Emilio Suárez Trashorras, presunto implicado en la masacre de los atentados del 11 de marzo en Madrid.