El PNV cerró ayer su complicado proceso de renovación de cargos con la elección de ocho de los 14 miembros de la ejecutiva. Los afines a Josu Jon Imaz son mayoría, a pesar de que el sector que apoya a Joseba Egibar había tratado de igualar las fuerzas. No obstante, los perdedores están decididos a presentar batalla en la renovación de las ejecutivas territoriales, en primavera, que asegura un puesto en el EBB a los presidentes de las respectivas direcciones de Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra y el País Vasco francés.

Los delegados nominaron a los ocho nuevos miembros del EBB, de los que cinco repiten cargo. Se trata de Gorka Agirre y Markel Olano, alineados con Egibar, y Josune Aristondo, José Antonio Rubalkaba, José María Salvidegoitia, Gema González de Chávarri, Manu Allende y Joseba Aurrecoetxea, fieles a Imaz.

La nueva dirección incluye a los actuales presidentes de las organizaciones territoriales, cuatro de los cuales (todos menos el de Alava), se han alineado con el ya nuevo presidente en la batalla por el control del partido. Aristondo quitó ayer importancia a las desavenencias, para destacar que el PNV ha sido ejemplo de "debate democrático", y eludió comentar la previsible resurrección de la guerra interna cuando a finales de marzo se abran las elecciones provinciales.