Hace cuatro años Ana Morgade se sonaba con la bandera española en un gag de un programa de La Sexta. No pasó nada. Por hacer lo mismo en otro programa de la misma cadena, más allá del revuelo causado, Dani Mateo tendrá que ir a declarar el lunes ante un juez. Mucho ha cambiado en España en estos cuatro años, empezando por la reforma del Código Penal del 2015. La entrada en vigor de la denominada ley mordaza, hoy en trámite de reforma, puso en el punto de mira a raperos, humoristas y tuiteros.

Dos nuevas noticias de este viernes apuntalan la tesis de que la libertad de expresión cotiza a la baja en España, el país que condenó a más artistas a prisión en el 2017, por delante de China, Irán, Egipto y Turquía. La primera, la carta que la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, ha mandado a la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, y al presidente del Senado, Pío García Escudero, en la que les traslada sus «preocupaciones sobre el impacto negativo que ha tenido esta ley en el disfrute de los derechos humanos, en particular los derechos de libertad de expresión y libertad de reunión pacífica». La segunda, que Mateo tenga que presentarse ante un juez por sonarse la nariz con una rojigualda durante El Intermedio.

Igual que el actor Willy Toledo tuvo que declarar ante un juez por cagarse en dios y la virgen, Mateo tendrá que personarse ante el juzgado de instrucción número 47 de Madrid como investigado para responder a la denuncia presentada por Alternativa Sindical Policía, un grupo sindical de la Policía Nacional, que acusa a Mateo de los presuntos delitos de odio y ultraje a símbolos nacionales.

El sindicato de la Policía Nacional interpuso la denuncia a principios de mes por considerar «inadmisible» que se ataquen los símbolos que representan los valores y principios democráticos de nuestra sociedad.

«El sentido del sketch de la bandera era, o así lo entendí yo, demostrar que, cuando los ánimos están muy caldeados, las banderas se vuelven más importantes que las personas y eso es peligroso. Por eso me desmoronaba al comprobar que me había sonado en ella. Nunca fue ofender», escribió el humorista en Twitter.