Primeras pruebas contra dos de los detenidos por el 11-M. La policía ha encontrado huellas dactilares de Jamal Zugam en la furgoneta que los terroristas utilizaron para trasladar los explosivos hasta la estación de Alcalá de Henares. Los investigadores también han localizado huellas que corresponden a Abderrahim Zbakh y, aunque no concretaron el lugar, algunas versiones apuntan a que aparecieran en la mochila bomba recuperada sin estallar.

Además de las huellas dactilares, los investigadores disponen del testimonio de supervivientes de la masacre que aseguran haber visto a Zugam y Zbakh en los trenes. A Zugam le han identificado como mínimo dos personas. En sus parcas declaraciones, en medio de sus proclamas a Alá, Zugam ha negado cualquier relación con los atentados y ha asegurado ante la policía y ante el juez que, a la hora del atentado, él estaba durmiendo en su casa.

Zbakh, por su parte, es químico de profesión y también negó, durante su fría declaración la madrugada del martes ante el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, cualquier relación con el atentado.

Mientras tanto, la policía continúa realizando detenciones. Agentes de la Comisaría Central de Información realizaron, entre el lunes y el martes, entradas y registros a varios domicilios de ciudadanos árabes en la ciudad de Gerona, aseguraron ayer fuentes de la investigación.

Ayer se conocieron las identidades de los cuatro detenidos el pasado fin de semana. Todos ellos son también marroquís: Faisal Alluch, de 33 años, y Zuhier, nacido en Casablanca, y del que sólo ha trascendido su apellido. La mujer detenida es Naima Aulad, nacida en 1969 en Tetuán, y hermana de Farid Aulad Alí, quien la madrugada del martes fue puesto en libertad sin cargos tras ser interrogado por el juez, informa Antonio Baquero.

Los dos últimos son hermanos de Khalid Aulad Akcha, el cuarto arrestado en la operación policial del fin de semana, aunque éste ya estaba ingresado en la cárcel de Topas (Salamanca) cumpliendo desde el 2001 una condena por robo y lesiones.

Fuentes penitenciarias explicaron que Aulad ha cumplido parte de su condena en Madrid y en Palencia, pero no ha pisado ninguna prisión asturiana. Por tanto, no es él el preso marroquí que puso a los terroristas en contacto con el español detenido por venderles los explosivos: José Emilio Suárez Trashorras.

INVESTIGACION EN ASTURIAS Las pesquisas avanzan a buen ritmo aunque falta por detener al resto de personas que subieron a los trenes para colocar las bombas.

También siguen las investigaciones en Asturias, donde podría ser detenido en breve el propietario de la mina de la que desaparecieron los cerca de 140 kilos de goma-2 eco y los detonadores que se usaron en el ataque y que no denunció el robo.